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Mostrando entradas de marzo, 2013

La Venezuela que sueño

Desde Alta Mar -. Sí amigos míos sueño, aún poseo la bendición divina de poder soñar por encima de las vicisitudes y convulsiones, lo hago por Venezuela, por este país que hoy yace en medio de un torbellino de acontecimientos que demuestran la fragilidad de una sociedad fragmentada y todavía envenenada por aquella ponzoña que nos picó causando la calentura del odio que domina nuestra anatomía. Sueño porque es un deber de todo hombre poder hacerlo, ya que gracias a este somos capaces de sacar fuerzas donde antes flaquezas solo abundaban, porque tan sólo de la imaginación podemos cosechar las ideas y acciones que más tarde serán la corona de laureles que adornaran los hechos que ejecutemos. Lo hago, sí con mucha fe en Dios, porque no existe otra forma de vivir. Allí en el reino de Morfe, pero estando aún despierto, podemos soñar con aquella Venezuela que siempre hemos besado y acariciado pero que jamás hemos poseímos en verdad. Allí donde el reloj se detiene y la brisa sopla con de

El gran mentiroso

Desde Alta Mar -. En comunicaciones cuando no somos plenamente transparentes con los mensajes que enviamos o transmitimos es natural que la información sufra cambios, surjan los rumores y se acentúe la desconfianza, esto fue lo que le ocurrió al gobierno de Maduro con relación al tratamiento de la enfermedad del ex presidente Chávez. Los partes médicos más políticos que científicos, las aseveraciones desdentadas pero carentes de profundidad y de información confiable, arrojaron que la sociedad venezolana empezará a dudar de Maduro y compañía, por ende, en este momento la nación entera califica en diferentes medidas como poco veraz lo que el régimen dice y dijo con relación a las dolencias del extinto Jefe del Estado. Ante esta realidad a los inquilino de Miraflores en este momento les duele en demasía cuando el abanderado de la unidad democrática, Henrique Capriles, los llama mentiroso porque éste dice lo que hoy millones de venezolanos comentan en la calle y que algunos, a pesar

Venezuela está por encima de todo

Desde Alta Mar -. Por cuarta vez un Jefe de Estado fallece en el ejercicio de sus funciones. El más reciente en la historia fue, aunque no ejercía la Presidencia de la República propiamente dicha, Carlos Delgado Chalbaud, quien fue asesinado el 13 de noviembre de 1950 creando una crisis en la   Junta Militar que él encabezaba y afectando drásticamente el proceso político que se vivía en esos días, debido a que era el candidato del Gobierno para las elecciones que se estaban programando. Un 17 de diciembre de 1935 deja este mundo el General Juan Vicente Gómez, el último caudillo, el llamado Benemérito, quien gobernó con puño de hierro desde la Presidencia de la República o desde la Jefatura del Ejército, dejando algunos acólitos encargados de cuidarle la silla presidencial, a Venezuela por 27 largos años. La muerte de Gómez permitió que la nación entrara de “forma atrasada al siglo XX” como alguno de sus oponentes aseveró en aquellos días, su desaparición además fue el inicio del