4-F: Sí fue un golpe de estado

Desde Alta Mar-. El señor presidente de la república, Hugo Chávez, recuerda aquella sangrienta fecha del 4 de febrero de 1992 con una frase temeraria y con un tufo propagandístico típico de sus 13 años al frente de Miraflores. “No fue un golpe de estado, fue una quijotada, una locura de amor”, se atrevió a decir, a lo que debemos responderle con toda la responsabilidad del caso de que sí fue una intentona golpista, ilegal e inconstitucional.
Aún recuerdo aquel día, había llegado de Caracas juntos a mis padres, poseía en aquellos “idus” de febrero cerca de ochos años de edad, era de madrugada, mientras mis progenitores se afanaban en deshacer las maletas, yo corría directo al televisor con la energía normal de quien había dormido todo el trayecto, al encender el aparato las imagen de tanquetas recorriendo Caracas, de disparos que se escuchaban a los lejos era la programación de aquellas horas. El golpe, señor Presidente, estaba en curso, eso que usted llama “quijotada”, era simplemente un burdo atentado contra la Constitución y la institucionalidad.
Sí señor Presidente, usted era quien desde la retaguardia, escondido dirían algunos después, en el Museo Militar, dirigía a jóvenes efectivos de nuestras Fuerzas Armadas a una muerte segura, ¿cómo está su consciencia al saber, como usted acaba de confesar, que a pesar de las pocas probabilidad de triunfo en su aventura golpista ordenaba a sus tropas de ir a una, no sólo derrota escrita, sino a encontrarse con la muerte?.
No señor Presidente, aquello no fue una “quijotada”, fue una insurrección armada, orquestada por usted con alevosía y premeditación, fue un golpe de estado, como aquellos que los gorilas latinoamericanos promovieron en la década de los 60 y 70, sin lugar a dudas usted sabía, como ahora lo revela, que poseían pocas posibilidades de lograr su meta de derrocar a un gobierno legalmente constituido, aún así prosiguió con su plan de llegar al poder bajo un manto de balas y sangre.
Amén de las diferencias que podamos tener con aquella administración de Carlos Andrés Pérez, debido a los múltiples errores de éste cometió, usted no sólo encabezó un golpe en contra de una administración puntual, usted no sólo golpeó la Constitución y la pisoteó con sus botas militares, sino que cacheteó con las culatas de los rifles que empuñó la faz del pueblo que democráticamente había elegido su gobierno.
El 4 de febrero hubo muertos de ambos lados, de quienes siguieron sus instrucciones en contra de la Carta Marga, y de quienes legalmente la defendieron, las bajas que se registraron aquel día no fueron producto de una “quijotada” sino de una agresión falaz en contra del pueblo y de la democracia. Señor Presidente, discúlpeme usted, pero sí hubo un golpe de estado y de eso se encargará la historia de afirmar y confirmar. Buenas tardes.

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