Les recuerdo algo…


Opinión-.  Los venezolanos nunca hemos tenido cultura de emigrantes, han sido las circunstancias y el desastre de 20 años de desgobierno socialista que nos ha empujado a salir de nuestra nación y probar suerte en otras latitudes.

Y, frente a los sucesos acaecidos en la zona de Ibarra en Ecuador, tengo el deber moral e histórico de recordarles a los ecuatorianos varias cosas.

1-. Cuando Venezuela era la economía más pujante de América Latina, por allá por las décadas del 50, 60 y 70, e incluso en los 80, nosotros recibimos oleadas de colombianos, peruanos, argentinos, chilenos, españoles, portugueses, alemanes, asiáticos, y, lean muy bien, de ecuatorianos.

A tal punto, que uno de los mercados más emblemáticos de ropa de Caracas, el Mercado de La Hoyada, desde ese tiempo ha estado cundido de ecuatorianos, que siguen allí vendiendo sus productos, sin que nadie los moleste o los agrede.

2-. Les recuerdo, señores del Ecuador, que son una nación  libre no por sus propios medios sino por la gallarda decisión de un caraqueño, de un venezolano, llamado Simón Bolívar, quien acudió a su rescate llevando a sus espaldas un ejército integrando, en su gran mayoría, de llaneros de Venezuela, de hijos del Alto Apure.

La grandiosa Batalla de Pichincha, determinante para la liberación ecuatoriana y de América del Sur, fue planificada y ejecutada con maestría por otro venezolano, el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, nacido en el oriente venezolano.

En las páginas de su historia temprana como nación, tienen que leer muchos nombres de venezolanos, como por ejemplo el de Juan José Flores, otro venezolano que vino al mundo en Puerto Cabello, y quien fue su primer presidente.

3-. No son solamente ustedes en Ecuador, sino que nombres de venezolanos se han destacado en la historia de Colombia, Perú y Bolivia, y hasta en Chile. Tanto es así, que los chilenos se vanaglorian del legado intelectual de Andrés Bello, un ilustre venezolano considerado uno de los principales humanistas de nuestro continente.

Les recuerdo que nosotros siempre les abrimos las puertas a los inmigrantes. Muchos obtuvieron aquí grandes oportunidades y amasaron fortunas, debido a gran parte a sus sacrificios, ingenio y tesón.

Y, esta es mi opinión muy personal, estoy seguro que esos buenos tiempos volverán y que los venezolanos retornarán a su tierra; y espero que ustedes, señores de Ecuador, no pasen por la misma situación que hoy atravesamos en Venezuela.

Lo sucedido en su país, sí, es verdad, habla mal de un ciudadano de origen venezolano, pero habla peor de toda su sociedad ecuatoriana que se dejó llevar por la xenofobia y la intolerancia.

Ante todo esto, les aconsejo que sería bueno que recuerden su comportamiento de hoy, para que no se quejen en el futuro, porque quien siembra vientos cosecha tempestades.






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