Escritorio de Dionisio

𝑳𝒐𝒔 𝒂𝒑𝒆𝒕𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑴𝒊𝒈𝒖𝒆𝒍

𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 es un personajillo que pareciera salido de una película de terror – de aquellas en blanco y negro –; es un vampiro insaciable, una bestia que engulle todo a su paso, que no lo detiene nada, ni nadie, a la hora satisfacer sus bajezas.

𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 empezó su faena de triste bestialidad, cuando traicionó a "Cheo María", allá en su tierra. Llegando así al poder, desde donde actuó cual barbarazo y acabó con todo hasta con «el queso que había en la mesa».

𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 salió de aquel espacio de poder satisfecho, su hambre y ambición había quedado casi – y solo casi – satisfechas; de allí se refugió en la secretaria privada del gobernador, donde siguió como una sanguijuelas chupando y chupando.

Sin embargo, a pesar que 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 ha comido de todos y ha secado a más de uno, pareciera que su actual platillo preferido es el «𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰» ya sea al vapor, a la parrilla o asado.

Pues, 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 lleva casi 4 años comiéndose en vida a 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢; casi 4 años diciéndole «𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰, de frente pero delaito».

Cuatro años tragándose todo, siendo él mismo la 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆𝒄𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒖𝒏𝒂, la 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒂 que hace y deshace a su libre antojo.

Y la cosa no solo es con el «principe sin corona», sino que ultimamente ha degustado la cabeza de 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰 (el de la costa) y se sirvió una 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘦𝘵𝘢 (la del río) a la cazuela, liquidando las aspiraciones de ambos.

Es que 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 vive de hacer daño, de manipular, de entrampar y de negociar.

𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 es el mayor especímen de ese ser político que rebajó el quehacer público, de ese politiquero de baja monta que sólo existe para satisfacer sus bajísimas pasiones.

Es por ello que 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢 «no va para el baile»; porque nadie que esté asesorado por un ser tan ruin puede avanzar.

Y, de esto podemos estar seguros, si 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢 se siente cómodo al ser devorado por 𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 es porque son del mismo nivel, de la misma calaña.

𝑀𝑖𝑔𝑢𝑒𝑙 y 𝘈𝘯𝘵𝘰𝘯𝘪𝘰 𝘔𝘢𝘳𝘪𝘢 son el uno para el otro; dos seres aborrecibles que se ocultan detrás de mantos y jugarretas para seguir destruyendo todo a su paso.

𝑳𝒂 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒃𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒍𝒎𝒂.

𝐽𝑜𝑠𝑒́ 𝐷𝑖𝑜𝑛𝑖𝑠𝑖𝑜 𝑆𝑜𝑙𝑜́𝑟𝑧𝑎𝑛𝑜
Periodista.
Estratega comunicacional y de Social Media.
Estudiante de Psicología.

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