Impulsos, deseos y algo más
Mar
de Leva-. Imaginen por un momento la cuña televisiva o la valla
publicitaria con aquella rubia despampanante, en aquella playa, luciendo su
corto traje de baño rojo, mientras en las inmensidades del cielo azul el astro
rey está latigueando su figura, lo que causa que ella sedienta busque la bebida
que quita la sed de forma mágica.
¡Qué escena tan trillada! De esto no cabe
la menor duda, sin embargo es un excelente ejemplo para demostrar que los
impulsos y deseos humanos pueden ser moldeables.
¿Qué busca aquella imagen? Sencillo
basándonos en nuestros principios básicos y animales, busca la relación
subconsciente del deseo carnal con lo fisiológico promoviendo una respuesta en
nuestra mente.
Es decir, te causa deseos, produce la sed.
En otras palabras te dice que necesitas algo, aunque en verdad, en ese momento,
no sea así.
¿Entonces somos víctimas constantes de los
mensajes de manipulación? Claro que sí y claro que no. ¿Cómo es posible esta
dualidad? La respuesta es lógica, primero el “sí” se refiere a que todo proceso
de comunicación corporativa o política busca una respuestas en sus públicos
meta y “no” porque en verdad no somos víctimas simplemente sino que a la vez
somos victimarios.
Nadie piense que una persona superdotada
creó de la nada todos los intríngulis de las comunicaciones, porque estás son
tan viejas como la humanidad misma, porque el proceso de manipulación es normal
entre los seres humanos.
Cuando usted querida amiga sale de compras,
sobre todo de ropa y otros enseres personales, busca lucir bien, normalmente
dicen que el objeto de esto es “sentirse bien”, aunque esta expresión también
es producto de campañas comunicacionales, lo cierto que lo que en verdad deseas
es impactar a otras personas con su belleza, es decir, manipularlo a través de
sus instintos.
¡Bueno! A lo que vinimos.
Los impulsos no son simplemente respuestas
irracionales nacida de algún momento en particular, en ocasiones las decisiones
que tomamos en la vida y que juzgamos “impulsos” son respuestas nacidas de una
serie de mensajes, informaciones y datos que están depositados en el almacén
del subconsciente.
Por lo general ignoramos que cada uno de
nosotros somos simplemente un cúmulo de procesos subconscientes que nos hacen
decidir lo que queremos en la vida.
Desde pequeños nuestros padres emprenden un
proceso de manipulación al momento de inculcarnos valores y creencias, al decir
lo que está bien y lo que está mal; los medios de comunicación social,
tradicionales o no, la comunidad y el ambiente que nos rodea están
constantemente cargándonos de información que más adelante serán nuestros
esquemas para la toma de decisiones.
Así como una empresa de bebidas te incita a
consumir su producto utilizando elementos comunicacionales que producen unas
respuestas, así también actúa la comunicación política dentro y fuera de las
campañas electorales.
¿Por qué usted vota por tal candidato o
partido?
En muchas oportunidades las respuestas de
quienes se enfrentan a esta pregunta son básicas, rebuscadas y generalmente
traídas de los cabellos.
Cuando un elector promedio toma una
decisión electoral es parte de un proceso de comunicación que lo envuelve y que
él, gratamente, se suma porque satisface muchos de los elementos cargados, como
valores o ideales, en su mente.
Con esto tratamos de afirmar que sus deseos
humanos en gran parte son fomentados a través de campañas de manipulación, sus
impulsos son productos de la influencia de información y mensajes que han
llegado a su mente mediante la aplicación de métodos de persuasión.
¿Qué esto está mal? ¿Qué no debe hacerse?
Entonces dígale usted al bebé que llora para manipular a sus padres que no lo
haga que ese no es el comportamiento adecuado, dígale a la joven que se viste
de tal o cual forma para agradar a su novio que no lo haga más, ordénele al
sujeto que busca mediante varias formas agradarle a aquella mujer que lo
deslumbró que se abstenga de hacerlo… ¡No se olvide de decirme como le fue al
hacer esto!
Es más dígale usted a los padres que no le
impartan sus valores a sus hijos mediantes el premio y el castigo o a través de
relatos temerosamente falsos, que intencionalmente buscan que sus hijos de
alejen de algo o alguien, que se limiten de hacerlo para ver que les dicen.
Así es la vida simplemente.
Twitter: @jdsolorzano
Comentarios
Publicar un comentario