El diálogo
Desde Alta Mar (Puerto
La Cruz)-. Eran las 5 de la tarde, ya iba desandando los primeros
pasos del día y me dirigía a mi hogar. Como en ocasiones ocurre me tropecé con
un conocido, luego de los saludos de rigor, inmediatamente nos sumergimos en un
tema que es habitual para los venezolanos: La Política.
A la pregunta de ¿cómo
ves la vaina? La respuesta fue igualmente típica y repetida hasta la saciedad:
Bien Jod…
Mi interlocutor regresó
a la carga ¿qué crees que ocurra? Reflexioné un par de segundos y di la
siguiente respuesta:
“Hermano, aquí puede
pasar lo peor. El hambre está dominando las capacidades de raciocinio de los
venezolanos, estamos regresando a un estado animal, desde el punto de vista
sociológico”.
El amigo tomó otra vez
la palabra y agregó: “yo ando decepcionado los diputados se han dejado manipular
por el Gobierno”.
Salí inmediatamente al
paso y le dije: “Difiero, en tan sólo 6 meses los diputados de la Unidad han
entablado una batalla titánica, se han enfrentado a un régimen que está
utilizando los más soeces e ilegales métodos para cercenarle los derechos a la
ciudadanía.
No bastó. Mi
interlocutor aseveró que: “José Dionisio, aquí la gente quiere acción, quiere
salir a la calle”.
Volví a hablar: “Estamos
de acuerdo, pero la salida a la calle tiene y debe ser cívica, pacífica y democrática; sabemos que
estamos frente a un régimen que a todas luces no es democrático, no obstante
nosotros tenemos que evitar caer en el mismo terreno de nuestros oponentes”.
Aun sin estar contento
con la explicación aquél reiteró su posición: “Es que estamos hartos de tanta
palabrería y pocas soluciones. Te apuesto que aquí todos estamos dispuestos a
salir a la calle y prender un p…”
Acto seguido mi amigo
abordó a una señora que justamente pasaba junto a nosotros y le dijo: “Señora
usted está dispuesta a salir a la calle a protestar contra Maduro”… ésta volteó
su mirada, sus ojos brillaban, sus manos empezaron a blandearse por el aire y
asestó a decir: “Claro que sí, pa’ cuándo será eso” y sin más ni menos continúo
su camino.
“Viste, así está la
gente”, con estas palabras él regresó a la conversación.
Medité nuevamente mis
próximas palabras y añadí: “Estamos de acuerdo, esto no lo aguanta nadie, y en
cualquier momento pudiera explotar el país cual olla de presión sin válvula de
escape, no obstante quienes deseamos un futuro mejor debemos trabajar para una
salida razonada, estratégica y que nos lleve a la instauración de un cambio de
sistema”.
A partir de este momento
le razoné los porqués de la presión de calle solicitando la renuncia de Nicolás
Maduro debe marchar en paralelo a la convocatoria a Referendo Revocatorio, y la
activación de otro procedimiento nacional e internacional para acorralar al
régimen.
Le dije: “no se puede
jugar carrito, lo que está en juego es el porvenir de nuestra nación”.
Al asentir con la cabeza
éste me dio la razón. Al cabo de unas últimas palabras, en el ocaso de la
conversación, nos percatamos de la hora y cada quien decidió seguir con su
andar.
Conclusión: Los
venezolanos estamos alcanzando el paroxismo, la crisis de carácter social y
humanitaria está desesperando a un pueblo que tiene hambre de estómago y sed de cambio.
Quienes poseen la conducción política de
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tienen que escuchar lo que dice
la calle y reflexionar sobre ello.
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