Persecución en el más allá
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Tumba de Gallegos profanada |
La política de persecución
expresada en listas, como la tristemente célebre de Tascón o la más reciente de
los llamados Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP) no llegan a
los niveles sobrenaturales de la persecución post-mortem que ahora expresamos.
Leer la noticia del
saqueo de las tumbas de los expresidentes de la república, General Isaías
Medina Angarita y de Don Rómulo Gallegos, son reflejo de que en Venezuela nadie
se salva, ni los muertos.
El hecho además de escalofriante
es una evidencia clara que el país avanza por el camino de los antivalores, por
la institucionalización de la depravación y el irrespeto.
En una nación donde ni
los muertos pueden descansar en paz no se puede hablar de sociedad y mucho menos
de progreso o libertad.
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Se llevaron los restos del expresidente y escritor |
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Isaías Media Angarita |
Lo cierto es que, ya sea
por los practicantes de expresiones religiosas que emplean restos humanos para
rituales, que por demás están muy alejados de la concepción cristiana que
profesamos la inmensa mayoría de los venezolanos, o la pretensión oficialista de
emplear los huesos presidenciales para ritos macabros e innombrables o
llanamente para distraer la atención social de la crisis humanitaria que
atravesamos en la nación, podemos afirmar que estamos viviendo tiempos prácticamente
apocalípticos.
Mi abuela, que Dios la
tenga en su santa gloria, decía con la vehemencia de los años y la seguridad
del tiempo vivido, “esto es fin de mundo”. Y pareciera que sí, estamos en medio
de una realidad que cada vez es más irreal, más surrealista y más anti-real (si
se me permite esta expresión).
Y esta no es la primera
vez que en este régimen se roban los restos mortales de un ex Jefe de Estado,
recordemos que en 2013 también se llevaron del camposanto los huesos del
expresidente Joaquín Crespo.
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Expresidente Joaquin Crespo |
Por esta razón en la
Venezuela revolucionaria la persecución llega hasta el más allá.
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