Viva el presidente Temer
Desde Alta Mar (Puerto
La Cruz)-. Y, por esos caminos de la vida, se encontraron dos
viejos amigos.
El diálogo acostumbrado
se inició de esta manera.
- Compay, tiempo sin
saber de usted. ¿Cómo está todo?
- Bueno hermano, tú
sabes. Aguantado como todos.
Hasta aquí el diálogo
iba circunspecto rebosantes de gestos, sonrisas y demás demostraciones de un
antiguo afecto que el tiempo, ni la ausencia han podido minimizar.
-La cosa está jodi…
Justo aquí la
conversación tomó un viraje que tal vez ninguno de los dos avizoró y que
ninguno anhelaba tomar.
-¿Qué se puede esperar
hermanito querido? Esto se veía venir gracias a la Guerra Económica.
-¿Guerra Económica? Repuso
aquél con el énfasis del asombro y la incredulidad. Y continuó diciendo que:
-La Guerra la tiene el
régimen con los empresarios. El otro día cerró la empresa donde trabajaba mi
cuñado.
El intercambio cordial
de saludos y abrazos abrió paso a un encuentro tortuoso, agresivo y despectivo,
rico en miradas filosas y de además furibundos, todos acompañados con un alza
del tono.
-Tú no ves que este
gobierno nos está matando del hambre.
-El que no ve eres tú,
todo esto es producto de la intervención gringa.
-Qué gringa del carrizo.
Si porque los gringos tienen la culpa que te parezcas a un esqueleto de lo
flaco que estás.
-Esos son los
sacrificios que tenemos que hacer por la revolución.
Así fue transcurriendo varios minutos en una
comunicación que mutó del reencuentro amistoso al enfrentamiento de dos “enemigos
a muerte”.
La argumentación de uno
y del otro, que pasó por Polar, las expropiaciones, la quiebra de Pdvsa, la
MUD, Ramos Allup, Golpes de Estado, y más, cayó en el tema de la comida.
-Te parece justo que
no tengamos que comer. O es que la “Soberanía Alimentaria” también fue
saboteada.
-Bueno, hemos tenido
problemas. Pero, es que…
-Es que nada –interrumpió
el otro- estamos mal porque esta gente arruinó al país.
Y siguió.
-Dime algo, ¿de dónde
viene el jabón con que te bañaste esta mañana?
-Lo hacen en Brasil,
lo que pasa…
-Lo que pasa es que
quebraron nuestra industria. Dime otra cosa
¿el desodorante que usas de dónde viene?
-También del Brasil-
Respondió aquél esta vez bajando la voz
- Te pregunto. ¿De lo
que almorzaste hoy que producto es hecho en Venezuela? – Volvió a inquirir el
primero
-Ese no es el tema
– Contestó acobardado y acorralado su interlocutor.
- ¿Cómo que no es el
tema? Claro que sí. Responde o es que tienes miedo de tu propia repuesta.
- ¡Qué caray! El
pollo y el arroz que me comí son del Brasil.
-Estás viendo. Ahora
resulta que le debemos más al presidente de los brasileños que a Maduro.
Un silencio se apoderó
del defensor del régimen. El cual fue aprovechado por el opositor.
-Aquí, pareciera que
vamos a terminar diciendo: ¡Viva mi presidente Temer!
Como era de esperarse el
seguidor de Maduro no tuvo más remedio que ceder, bajar la guardia e invitar
una taza de café a su amigo de toda la vida.
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