Guillermo dice “no” al rojo
Desde Alta Mar (Puerto
La Cruz)-. Parece que
al alcalde de Barcelona, Guillermo Martínez, le empezó a dar alergia el color
rojo.
La gestión
“revolucionaria” en Barcelona dejó de ser “roja, rojita”. Ahora, al alcalde le
agrada más otras tonalidades que refresquen su imagen.
Martínez no quiere
asociarse mucho con el partido que lo
llevó al poder y en el cual ha sido dirigente y directivo. Sin duda el
mandatario barcelonés está viendo y analizando las encuestas.
Los colores azules y
verdes forman parte de la identidad corporativa de la Alcaldía de Barcelona, el
rojo quedó minimizado, vapuleado y escondido porque ahora ser “rojito” es una
raya.
Además, uno ya no
escucha discursos eufóricos hablando de la revolución, del presidente obrero y
ni siquiera del “eterno”.
Guillermo Martínez se
encuentra en una “limpia”, él quiere despojarse de toda vinculación con el
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), frente a lo cual nos preguntamos:
¿será por eso que parte de la militancia pesuvista quieren que regrese el
capitán José Pérez Fernández?
El jefe local no
defiende al “comandante obrero”, ni siquiera arremete contra las fuerzas de la
oposición; su estrategia es que nadie voltee a mirarle.
¿El escudo de Guillermo?
Su silencio en temas políticos.
Guillermo Martínez ni se
mete en política gruesa, ni atiende las necesidades de los barceloneses, a él
lo que le interesa es seguir adelante con su proyecto de Kamacuto en Caicara.
Es una notoria
diferencia con el gobernador Nelson Moreno, quien sí se mantiene más firme en
sus convicciones., o ¿será que los principios y criterios de Guillermo nunca
fueron rojos?
Lo cierto, el alcalde
barcelonés rechaza cualquier simbolismo revolucionario, él quiere estar libre
de ataduras políticas, ¿será que saltará la talanquera?
Los movimientos internos
en el oficialismo hacen temblar a más de uno. Guillermo trata de sobrevivir en
medio del apocalipsis revolucionario que parece que caerá sobre todos aquellos que han sido cómplices de este
desastre que lleva 18 años lacerando al país.
Otra de las motivaciones
que mueven al “refrescamiento” de imagen de Martínez es que se le están
montando nuevos contrincantes en el ring político en Barcelona, ya no solo son
los candidatos de siempre de la oposición sino que en el seno democrática
surgen otras opciones como las que encarna el actual secretario general de
Acción Democrática (AD) en Barcelona, Plácido Malavé.
Lo que demuestra Guillermo
Martínez con su cambio de estrategia comunicacional es que ya no confía en el
oficialismo como trampolín, y que su liderazgo en el seno del oficialismo
barcelonés se ha venido a menos.
¡Así de simple!
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