De "Torres" a peón

Opinión-. La política es una permanente jugada de ajedrez; es una eterna y milimétrica posición de figuras en un tablero con reglas lógicamente predeterminadas.

El Gobierno venezolano ha movido sus piezas a lo largo de 18 años y para nadie es innegable que ha sabido conducir su juego a tal punto que se mantienen en el ejercicio del poder.

Una jugada política fue la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente que no ha chequeado, ni mucho menos discutido, el primer artículo de la Constitución, no obstante su vigencia obstaculiza a la Asamblea Nacional y se conformó como un supra poder por encima de la misma Carta Magna.

Las validaciones de los partidos políticos y ahora la ilegalización de Acción Democrática (AD) son maniobras políticas que le han permitido a quienes tienen el poder navegar por el océano de problemas que ellos mismos generaron.

Desde Miraflores mueven sus piezas y éstas son: ANC, Tribunal Supremo de Justicia, Consejo Nacional Electoral y paremos de contar, todos instrumentos en el marco de su visión del "juego".

Entre las figuras que mueven a su antojo resaltan José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández, Ernesto Samper, y muchos rostros más que se han prestado a las jugarretas del régimen venezolano.

Las fichas, para el gobierno, también han sido desechables o reutilizables, todo de acuerdo a los intereses del momento. Por ejemplo: Miguel Rodríguez Torres.

Quien fuese ministro de Interior y Justicia, quien fuese una "torre" en el juego del Gobierno nacional pasó a convertirse en un simple peón que a las primeras de cambio se sacrifica para lograr el objetivo final: el poder.

Y, así como le ocurrió a Rodríguez Torres, le pasó previamente a Rafael Ramírez, el otrora hombre fuerte de Chávez en la industria petrolera. E, igual le pasó a Rafael Iseas.

Torres cayó en desgracia y su estatus en el régimen se precipitó, y salvando las distancias su caso se asemeja al "salvador de Chávez", Raúl Baduel, quien era uno de los alfiles del régimen, y ahora yace en los calabozos que él ayudó a fortalecer y a crear.

Para Maduro todos son entregables con tal de persistir en el uso del poder por el tiempo que sea necesario. Todos se convierten, tarde o temprano, en peones en las jugadas del régimen.

Así como en el ajedrez, el objetivo es mantener al "Rey" vivo y tratar de derrumbar al "Rey" contrario, y para lograrlo se hacen los sacrificios que la estrategia amerite, de esa forma se actúa desde Miraflores. Así de simple.

Al final, los hombres fuertes de hoy serán los peones del mañana, los cuales se mueven y se entregan con tal de hacer efectiva la planificación pensada y estudiada con anterioridad.

Por lo tanto, nadie en el alto gobierno debe sentirse completamente seguro del poder que pudiese ostentar en un momento determinado. Este siempre será efímero.


Y concluyo este artículo haciéndome una pregunta casi de rigor: ¿quién será el próximo alfil transformado en peón? ¿Jorge Rodríguez o su hermana Delcy? ¿Jorge Arreaza o, tal vez, Tarek Saab?

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