La sentencia
Opinión-. Los magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia en el exilio dictaron una sentencia que abre el camino para elecciones
realmente libres en el país; con lo cual cada vez más el horizonte se ve más
próximo para millones de venezolanos.
Este paso es otro acierto en
medio de la actual coyuntura política venezolana, que está poniendo contra las
cuerdas al régimen de Nicolás Maduro.
Los magistrados legítimos avanzan
al mismo ritmo que Juan Guaidó y los diputados a la Asamblea Nacional, y esta
realidad preocupa a los altos niveles del poder del régimen de Maduro, quienes
solo se sostienen por la fuerza de las armas.
El cerco internacional se une al
cerco popular y al que adelantan las instituciones realmente legales que
subsisten en la nación. Todo esto dibuja un escenario para una salida a la crisis y el regreso al ordenamiento
constitucional de la república.
Además, el TSJ legítimo progresa
en la deslegitimación de todas las decisiones y acciones que han dictado los
órganos constituidos de forma írrita. Con lo cual todas las acciones, negocios
y contratos firmados por Nicolás Maduro en el último mes son nulos de toda
nulidad.
Las sentencias del TSJ en Caracas
de igual forma son írritas, así como las elecciones convocadas por un Consejo
Nacional Electoral que no contó con el aval de la Asamblea Nacional de parte de
su directorio.
Por tal motivo, las elecciones
municipales realizadas el pasado 9 de diciembre no son válidas, y los
concejales electos allí no son tales. Por ende, los anteriores ediles deben
incorporarse a sus curules en sus respectivos concejos municipales.
(Por cierto, qué hará el alcalde
de Lechería. ¿Reconocerá la sentencia del TSJ legítimo o seguirá arropándose
por el manto de la legalidad del TSJ de Nicolás Maduro?)
A su vez, todas los
procedimientos que tanto la Fiscalía General de la República y la Contraloría
General de la Nación queda, de acuerdo con los magistrados en el exilio,
invalidadas y fuera de la Ley, por lo cual no deben ser respetadas por la
ciudadanía.
Pareciera que la situación
venezolana está llegando a un punto de quiebra. Maduro está entrampado, y sus
aliados internacionales no tienen la fuerza ni tampoco el interés de salvarlo
de la perdición final.
La sentencia del TSJ allana el
camino para el cambio y ayuda en la difícil tarea que tiene al frente Juan
Guaidó. Y, despeja el camino jurídico venezolano para que la transición
nacional sea más efectiva y eficiente.
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