Parangón entre Primeras Damas

Me tomaré el atrevimiento de realizar un parangón, que algunos pueden calificar de temerario o de algún otro epíteto peor, pero tomaré el riesgo de escribir. Parafraseando a Descartes, primero escribo y luego existo.

En Argentina, cuando la convulsión política llegaba al paroxismo, surgió un líder carismático que se hizo acompañar por una mujer batalladora, que le dio vigor y energía su gobierno, ese líder política era, para entonces Coronel, Juan Domingo Perón, y su mano derecha fue Evita Duarte de Perón, una mujer con un verbo tan encendido como el de su esposo, pero con unas ganas de defender a los más necesitados inigualable.

Cuando parecía que Perón perdía el respaldo de los llamados “descamisados”, ella inyectó con su fuerza la energía necesaria para que éste se mantuviera en el poder. Ella fue alegría, amor al pueblo, a los niños y a los viejitos, fue la compañera ideal para un Presidente de la República, sólo una cosa la apartó del lado de su “General eterno”, el cáncer.

Salvando las diferencias, y las distancias en tiempo y en cargos, en esta pequeña comarca del siglo XXI, que se ha convertido Lechería, tenemos a la vista un escenario muy parecido a aquel albiceleste que dejó huellas en las pampas sureñas.

El alcalde de Lechería, Víctor Hugo Figueredo, quien ha enfrentado una serie de duras vicisitudes en el camino del Gobierno, que fue electo mandatario morreño, ante la necesidad de los vecinos de un gobierno justo, decente, moral y joven, tiene como compañera a una mujer, muy parecida a la Perón, María Eugenia Añez de Figueredo, una Primera Dama que ha dedicado todas sus fuerzas a trabajar a favor de las comunidades de Urbaneja.

Amén de los parecidos físicos, más allá de enfrentar parecidos obstáculos en su camino, ambas mujeres representan el talante ideal de la compañera del gobernante. Cuando en Anzoátegui, por diversas razones, carecemos de una pareja de gobierno, como tal, que dignifique la figura de la familia como centro de la sociedad, ellos representan un ejemplo de cómo mantener un hogar a pesar de los tropiezos que surgen cuando se sostiene la responsabilidad de gobernar.

Como demócrata cristiano al fin, en lo personal defiendo el valor de la familia como núcleo de nuestra sociedad. Por eso tengo el deber moral de revalorizar, en estas escazas líneas el papel que juegan las Primera Damas en el gobierno, ellas son el dinamismo, el humanismo, el rostro social de cualquiera administración, así como Evita Perón tuvo una relación casi íntima con los trabajadores de Argentina, María Eugenia Añez de Figueredo posee una unidad casi perfecta con los sectores más vulnerables de la sociedad: los niños y nuestros abuelitos.

Mi twitter: @jdsolorzano.

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