Buena comunicación: Triunfo electoral

Mar de Leva

Siempre se ha dicho que el candidato que mejor comunique su propuesta al electorado tiene un ventaja considerable, también es común escuchar que mientras la imagen del aspirante y/o líder se parezca a su público la vinculación emocional le representará un buen rédito electoral. Hoy cuando las comunicaciones son más globales que ayer, que se han masificado enormemente y además están al alcance de las manos del colectivo, seguimos afirmando que en una campaña electoral sin el empleo de los medios para la proyección de la imagen de un candidato está condenada al fracaso.
El líder político no sólo debe estar claro de su propuesta de gobierno, de su visión de desarrollo y el equipo que lo acompañara en el desempeño de sus funciones, sino que debe saber trasmitir sus ideas mediante los canales y códigos que sean del agrado del elector. La opinión pública es un monstruo invisible que aterroriza a los jefes de campaña, además de ser una "fiera salvaje" que debe ser domada por los operadores de imagen y comunicaciones, porque si nuestro candidato no crea vínculos emotivos, sentimentales y de acción con su público los objetivos serán más difíciles para alcanzarlos.
La buena comunicación es garantía de triunfo en una campaña electoral: Cuando un aspirante a cualquier cargo no sabe el por qué opta a dirigirlo, cuando no conoce a sus electores, cuando ignora las problemáticas que padecen, se le hará cuesta arriba acceder a la cima del "aprecio" colectivo y a su vez de ánimo de apoyo electoral, por eso el paso previo a promover la imagen del aspirantes es que éste conozca el qué se va comunicar y el por qué lo va hacer. El comunicador sin base y carente de información sólo será un emisor vacío de contenido, repetitivo y sin "pegada" emocional.
A su vez un candidato que posea un plan comunicacional, con una estrategia definida y con la táctica estudiada y analizada podrá asegurarse un camino sobre tierra firme en materia de imagen. Si el comando de campaña sabe resaltar las características positivas de su abanderado, si los medios utilizados son los correctos con relación a los diferentes públicos y mensaje, si el abanderado domina el discurso electoral con anchura y profundidad conceptual, sabrá llegarles a los votantes.
Más allá del saber comunicar, existe un detalle fundamental: No todo mensaje es adecuado para nuestro candidato, no todos los temas de campaña, aunque estén muy bien valorizados por los sondeos de opinión son útiles o creíbles para el abanderado en cuestión. El contenido del discurso seleccionado y que debe comunicarse correctamente debe ser lo más parecido a las características del aspirante y de la percepción que de él tengan los votantes, de lo contrario se correrá el riesgo de brechas comunicacionales que afectarán la imagen del candidato ante la opinión pública.
¡Comunica y luego gana elecciones!
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