¿Qué me importa?
Desde Alta Mar-. Veo, escucho y hasta converso con muchas personas
que están encerradas en el tema de que si el presidente vive, que si está en
las últimas, que si ya se va aparar y encadenará como en otros tiempos por casi
ocho horas continuas, pero yo me pregunto ¿Qué me importa a mí, o a ustedes
apreciados lectores cual es el estado de salud de Chávez?, tal vez como ser
humano es lamentable lo que está viviendo, pero como sociedad creo que es más
importante otros temas.
Sin productos en los anaqueles de
los expendio de alimentos, sin medicamentos en las farmacias, con los problemas
de luz que regresan, ni comentar el incendio del Guri que dejó a diez estados
sin servicio eléctrico, la inseguridad, la inflación, el posible aumento del
pasaje que golpea a los venezolanos de a pie, y parecemos de contar, son los
verdaderos temas que debemos abordar.
Esta es la opinión que tengo: Si
el Presidente, Dios quiera, se levanta de su postración por arte de magia no
solucionará los graves problemas que se nos vienen encima como una bola de
nieve en constante crecimiento, y si llegase a ocurrir lo peor, ni Maduro, ni
compañía y léaseme bien ni ningún líder de la oposición podrá por obra y gracia
del espíritu solucionar las difíciles situaciones que padecemos. ¿Entonces?,
¿qué hacemos?, seguimos preguntándonos si son mentiras o realidades los ya más escuetos y esporádicos partes médicos del
Gobierno o las necesidades que agobian a los venezolanos menos afortunados.
Creo que es la hora de hablar del
futuro, de nuestra economía, de la crisis social que pudiera explotar como una
olla de presión si no encuentra una válvula de escape. Ya recordamos lo que
sucedió aquel 27 de febrero de los tiempos de Carlos Andrés Pérez, quien aplicó
unas medidas, por cierto muy parecidas a las del actual gobierno, que llevó al
pueblo a salir de sus hogares a expresar violentamente su inconformidad con un régimen
millonario que condena al hambre a una nación de esclavos de una economía mal
entendida y mal llevada. ¿La historia pudiera repetirse?, Dios nos agarre
confesados.
Si el Jefe de Estado está bien o
está mal, en nada soluciona lo que se avecina, en nada ayuda a mitigar el grave
estado de deterioro de la economía nacional, y de las capacidades de
adquisición de los venezolanos de nuestras comunidades populares y de nuestros
sectores agrarios; a veces escucho a personas acomodadas, entre lo que se cabe
en este país, quejándose y me pregunto ¿si ellos, que aún tienen las maneras de
sobrevivir, chillan, que podemos esperan de aquellos compatriotas que con
sueldo mínimo y varias bocas que alimentar hacen milagros con los churupitos?,
es la hora de pensar en ello y de trabajar para solucionar esta realidad.
Si el régimen, en el más nefasto
de los casos, se niega a informar con veracidad sobre la salud o la vida del
Presidente, en nada mejora o afecta la crisis que vivimos. Los invito a todos a
esforzarnos en lo que interesa: en la
gente. Dejemos que aquél que batalla, viva o no, esté en manos de Dios
Todopoderoso, mientras nosotros nos enfocamos en lo que importa.
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