Más allá de las comunicaciones
Mar de Leva (@jdsolorzano)-. Es sorprendentes ver, leer y oír como
políticos sin asesoría comunicacional, como periodistas desconocedores del
mundo de las reales comunicaciones políticas y como la opinión pública, la
única justificable en este aspecto, expresan criterios que aunque le parecieran
de peso a un oyente descuidado y poco formado en estas lides comunicacionales,
son en realidad demostraciones militantes de que las comunicaciones van más
allá del micrófono, la tinta y las cámaras.
Veo con asombro como reporteros,
en muchos casos avezados y altamente eficientes en su labor reporteril expresan
opiniones juzgando estrategias político-comunicacionales sin conocer de lleno
la realidad de las diferentes tácticas, que por cierto van más allá de las
notas de prensa o las convocatorias a conferencia con los representantes de los
medios de comunicación social.
En ocasiones unas declaraciones
que para un reportero pueden ser “sosas”, sin sentido o carentes de valor
informativo son en realidad pequeñas “bombas de tiempo” comunicacionales que
poseen gran impacto en el subconsciente de los votantes.
El periodista de a pie busca la
“información”, busca la “verdad”, el comunicador va mucho más allá, busca
“crear”, “moldear” e “inspirar”, he allí la razón fundamental por el cual un detalle que para uno es tonto para el otro
puede ser la herramienta final para conseguir la victoria electoral en una
contiende ajustada.
Quién mire la producción de
contenidos políticos, entre ellos las notas de prensa con los mismos criterios
de un editor de un diario, entonces tenga por seguridad que todos sus esfuerzos
caerán en tierra desértica.
¿Ellos están equivocados? No, los
reporteros no estamos equivocados, porque también fui, soy y siempre seré
reportero, sin embargo su verdad es dogmática tan sólo para aquellos que no
conocen la selva tupida de las comunicaciones políticas, de campañas y
estratégicas.
La visión del reportero se basará
en lo que él cree que le importa a los públicos finales, en su caso los
lectores del periódico, los televidentes del canal o el radioescucha de la
estación de radio, no obstante esto se debe a que no dominan, y no tienen que hacerlo, los elementos psicológicos de los
públicos y las consecuencias del uso o no de tal o cual elemento
comunicacional.
Los periodistas están para buscar
la verdad, siguiendo los pasos de la veracidad, “objetividad” y oportunidad,
que son pilares fundamentales del diarismo, por el otro lado el comunicador,
cual artista elaborará esa verdad con los elementos de la comunicación que
tenga a su disposición.
¿No son compatibles ambas
labores? Son más que compatibles son necesarias, son vitales, tanto unos necesitan a los otros como viceversa,
jamás existirán periodistas sin sus pares comunicaciones de la acera
institucional o consultora, y éstos tampoco tendrían sentido sin la
quisquillosa meticulosidad reporteril.
En ocasiones son rivales, sin
embargo se necesitan más de lo que mutuamente reconocen.
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