¿Pensar? o ¡Pensar!
Mar de Leva-. Muchas veces usted, como yo, como todos, creemos que
nuestros pensamientos son producto de nuestras propias capacidades de
raciocinio, son producto de nuestra
voluntad de querer, idear o promover algún concepto… ¡Grave error!
Desde muy pequeños somos
influenciados por nuestros padres, abuelos, maestros, amigos, por los factores
culturales, por todo lo que nos rodea.
Somos marcados por las primeras
lecturas y por los sucesos que ocurren en nuestro alrededor.
¿Por qué somos de tal equipo?
Puede ser por influencia de nuestros padres, de nuestros amigos o causado
porque cuando empezaste a interesarte en ese deporte ese equipo ganó o lo viste
ganando y esa imagen quedó sembrada en tu mente.
¡No, no! No creas que dominas
todas las cosas que haces. Diariamente expresas con tu rosto, manos, y gestos
agrado o desagrado, y demás sentimientos productos por la enorme cantidad de
información y criterios que posees almacenada en la mente y que generalmente
desconoces que la trasmites.
Pensar que todo lo que haces es
meditado es creer que posees el control absoluto de tu subconsciente y de todas
las ramas del cerebro.
Constantemente tus criterios
cambian, porque son objetos de una serie de informaciones y mensajes que hacen
que éstos se moldean a diferentes situaciones. ¿Por qué apoyo a tal candidato,
si antes no me agradaba? Es una interesante pregunta y la respuesta sólo la encontraras
en las cosas que están sucediendo a tu lado, en aquello que lees, escuchas o
sientes.
Las comunicaciones van más allá
de aquellos que logramos asimilar; normalmente somos el objeto de una serie de
presiones que van consumiendo diariamente nuestra capacidad de reflexión.
Al juzgar algo o alguien lo
hacemos bajo los parámetros que poseemos como “lo correcto”, “como lo que se
debe hacer”, por ende siempre seremos seres subjetivos; nuestros juicios siempre
vendrán cargados de elementos preexistentes… ¡Y la manipulación! Es la
capacidad de los generadores de influencias de tocar elementos acordes a tus
creencias y redefinirlas desde adentro para cambiar cierta percepción.
Todo esto explica los porqués de
los diferentes cambios de visión que un comprador o elector puede tener en
medio de una campaña puntual de un producto o mediante un proceso electoral. En
ocasiones puedes empezar creyendo que tal candidato es bueno y al final es otro
quien sale favorecido por el ejercicio del voto. De esto se trata.
¿Pensar? sí, el pensar es el
buscar en nuestro caja de prejuicios, ideas ya sembrada desde hace mucho
tiempo, es reflexionar y evaluar a través de los datos que tenemos almacenados.
¡Pensar! cosas nuevas puede ser
gracias a las influencias determinadas de un entorno puntual o puede ser
producto de un proceso comunicacional que basándose en pensamientos
preestablecidos fabrican nuevas aristas
de este rediseñándolo hacia nuevos nortes.
Un ejemplo histórico y muy famoso
fue la concepción alargada en el tiempo y muy sembrada en la sociedad europea
del antisemitismo, el cual fue usada por los Nazis, especialmente por la
vehemencia política de Adolf Hitler y por la agudeza propagandística de Joseph Goebbels,
para crear temores políticos y direccionarla a actitudes más beligerantes que
permitió la creación del Estado Policial del nacionalsocialismo.
¡Recuerda bien que a veces pensar
se debe escribir en interrogación!
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