Férula militar

Desde Alta Mar (Puerto La Cruz)-. La dominación militar no ha sido ni es nueva en la política venezolana.

Sin entrar en los juicios de valores sobre la presencia de los militares en la vida política venezolana y su relación  con los civiles, debido a que en el personal hemos tenido experiencias buenas y malas en el caso de la férula miliar como en el dominio civil.

En los anales históricos venezolanos, como en los del mundo, hemos encontrado militares civilistas así como civiles autoritarios, lo que va más allá de la ropa que portemos y de los orígenes propios de nuestra vida.

Hablemos en los siguientes párrafos de la actual férula militar, del momento que vivimos y las consecuencias posibles en una nación sumergida en el caos político y sobre todo económico más atroz de toda nuestra vida republicana.

Si la Guerra de Independencia dejó secuelas económicas graves, si la Guerra Federal destruyó lo poco que se había construido luego de la emancipación, hoy los resultados de la “Revolución” son más desalentadores.

Hoy, percibimos como un grupo de militares se han unido con lo más granado de la izquierda socialista nacional e internacional y han “administrado”, si cabe esta expresión, a Venezuela.

Observamos a militares en puestos claves. Distribuyendo comida, en asuntos políticos y sociales, además de meterse en temas económicas y financieros.

Miramos como el verde oliva del Ejército y el marrón de la Guardia Nacional  se posiciona en diversos puestos de interés.

Y hasta militares, ya huérfanos del uniforme castrense, están ocupando carteras ministeriales o en desempeño de funciones públicas por voluntad popular como: Diputados, Gobernadores o Alcaldes.

Todo ese avance de los militares ha sido normal, aunque no deja de ser alarmante para el grupo civilista dentro del círculo gobernante.

Organizaciones como Patria Para Todos, el Partido Comunista de Venezuela, Redes, entre otros, ven con recelo el cada vez más determinante crecimiento del “ala” militar de la Revolución.

Todos coinciden que el “eterno”, como ellos han querido llamar al extinto Jefe del Estado como un claro indicio de negación colectiva, era un militar, no obstante para ellos Hugo Chávez era un militar con ideología forjada, formada y reflexionada.

Esto es la diferencia con un grupo de militares que van consolidándose en el poder: No tienen ideología.
Aunque fueron muy difundidas por la prensa tradicional y por las redes sociales, la imagen del General Padrino López casi de rodillas pidiéndole la bendición a Fidel Castro en su lecho, esta escena no terminó de convencer a muchos de los civiles de la revolución que se sienten intimidados por el auge de los uniformados.

Y es que varios de los representantes de los civilistas se ven minimizados en su poder e influencia: Aristóbulo Istúriz, vicepresidente de la república, es hoy un convidado de palo. Y José Vicente Rangel, a raíz de su avanzada edad, no está jugando un papel estelar en la política nacional.

Esto ha llevado a reacomodos políticos en el seno del poder político del régimen. Esto ha reafirmado la nueva férula militar en el país, y la reacción dentro y fuera de los muros del Palacio de Miraflores.


¡Amanecerá y veremos! 

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