Buenos y malos

Desde Alta Mar (Puerto La Cruz)-. “Deberían avergonzarse los hombres buenos de que son más timoratos obrando el bien que los hombres malos haciendo el mal”, inicio este artículo con una frase del mártir de la Iglesia Católica y santo: Tomas Moro.

Y sí es así. Constantemente vemos a hombres buenos callando, permitiendo y volteando la mira delante de la injusticia. Mientras el malvado se desvive en fomentar sus odiosas acciones.

También observamos que a los malos le va bien, mientras que a los buenos le caen las plagas de Egipto; no obstante, esto es apariencias, solo eso.  

Por mucho que disfruten los malos, éstos al final tendrán que pagar sus deudas, porque nadie se va liso para el otro mundo, pero no vamos a adentrarnos en temas escatológicos en este escrito.

Los venezolanos debemos obrar bien, tenemos que responder ante las injusticias y luchar para construir de nuestra tierra un mundo de oportunidades y felicidad.

Como hombres y mujeres de bien no podemos darle la espalda a la justicia, no podemos dejar que el mal reine y con él se extienda una ola de resquemores, heridas y rencores.

A nuestra amada tierra la ha gobernado por 18 años una sombra de maldad que se extendió a todos los niveles de la vida pública. Los venezolanos hemos padecido el yugo de los trúhanes y de los déspotas, y hemos sido demasiados permisivos en dejar que éstos hagan y deshagan a su voluntad.

Es hora que los buenos demos un paso al frente y que luchemos abierta y francamente por el país; es la hora que nosotros, como ciudadanos rectos y correctos, defendamos lo que es bueno para el país.

La Constituyente, por ejemplo, es una obra de los malos para que la maldad, la impiedad y la tozudez autoritaria se impongan; la Consulta Popular, por el contrario, fue la respuesta de los demócratas para evitar la hecatombe de la oscuridad.

Pero, todavía no es suficiente. La nación entera tiene y debe proseguir hacia adelante. La salida de la crisis pasa porque los que queremos el bien común, los que anhelamos la democracia y los que suspiramos por la libertad avancemos y le cortemos el paso a la floreciente injusticia hecha autoridad y a la mentira convertida en Ley.

¿Quieres un mejor país para tus hijos? ¿Quieres que la violación de los Derechos Humanos desaparezca? ¿Quieres que el hambre de acabe en la tierra donde naciste? Si en verdad quieres esto, y estás comprometido para que los males queden definitivamente en el ayer, entonces únete a la resistencia democrática y a la lucha cívica.

Es tiempo que los hombres buenos pasemos a la ofensiva, es hora que el bien nazca del suelo como la flor que renace en medio de las cenizas.

¡Así de simple!


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