Aquellos tiempos
Opinión-. Rondaban los
días de la década de los 90; en la televisión se hablaba de crisis, los
dirigentes de la izquierda de entonces mantenían dos guerras a muerte, la
primera era contra el “sistema” y la segunda contra los peines.
El venezolano de clase media se
quejaba por cualquier tontería, los periodistas tenían la libertad de realizar
reportajes de profundidad con relación a cualquier tema que se le ocurriese.
Los supermercados estaban abarrotados de alimentos, y en el cerro cada fin de
semana se prendía el bonche o la rumba.
Las agencias de carros tenían
vehículos para vender, las panaderías pan y las farmacias medicamentos, era una
Venezuela distinta, era el país dominado por el capitalismo.
En aquellos tiempos leíamos y
veíamos los dimes y diretes de los dirigentes de Acción Democrática y los de
Copei; las campañas eran con una rivalidad sana y profundamente democrática.
Las marchas y caravanas blancas o
verdes, era como la versión política del enfrentamiento deportivo del Caracas y
del Magallanes; a tal nivel llegó la comparación que se hizo popular la frase
de “adeco y magallanero”.
Las cadenas nacionales de radio y
televisión paralizaban al país, porque eran muy raras y siempre era para
anunciar algo muy importante; al igual que la histórica marcha de Venevisión
para anunciar alguna información de “última hora”.
En esa época se hablaba de
inflación, pero al cristal del tiempo podemos decir que aquello no puede
compararse con el desastre que en la actualidad padecemos los venezolanos. Había
mucho recelo con la clase política, aunque usted iba a cualquier bodega de
barrio y conseguía de todo lo que quería buscar.
En aquellos primeros años de los
90, quien les escribe con 30 bolívares era un rey en la cantina del colegio.
Con un billete verde con la faz del General José Antonio Páez y con otro
azulado con los retratos del Libertado Simón Bolívar y del Mariscal Sucre,
podía adquirir dos empanadas con su respectivo jugo, me alcanzaba para un
raspa´o a la hora de salida y aún me
restaban unas moneditas que guardaba para completar para el sábado comprar mi
religioso taquete de figuritas para el álbum que estuviese de moda en el
momento.
En ese tiempo, todos los
venezolanos comían tres veces al día sin meter la meriendita que siempre caía
por algún lugar. Y, los muchachos de esos “idus” siempre hacíamos “vacas” para
comprar la chuchería que nos apetecía.
En verdad eran otros tiempos. La
gente no comí perrarina, porque ésta costaba más que un kilo de carne, y los
perros se mantenían con pellejos, sardinas y arroz picado, lo mismo que ahora
un sinnúmero de familias están comiendo para sobrevivir.
¡Sin duda, en mi niñez se vivía
mejor!
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