Kellogg’s

Por José Dionisio Solórzano

Opinión-. Para Nicolás Maduro la Kellogg's debe ser como un símbolo "decadente" del capitalismo, una demostración viva de ese estilo  de vida "depravado" de los norteamericanos.

El cierre de Kellogg's debe ser para el régimen como un fresquito que le llena de satisfacción y placer, deber ser como un goce indescriptible de objetivo logrado.

A Maduro no le interesa para nada los 400 trabajadores que quedan en la calle, para él es indiferente los puestos indirectos que desaparecen y la pérdida de ingresos fiscales por impuestos.

Para un "buen socialista" el triunfo radica en decir la palabra "expropiación" o "toma de la fábrica", ellos prefieren reinar sobre los escombros que hacerlo sobre ideas de progreso y bienestar para la gente.

Kellogg's se suma a la lista de víctimas de un modelo político y económico que lleva a la destrucción a todos a su paso; esta industria cesante es el resumen en sí misma del legado del difunto.

Y, además para Maduro y su combo no es necesario conseguir productos de hojuelas de maíz, porque ellos sencillamente se montan en un avión y hacen mercado en Aruba o Curazao como lo develan fotografías de jerarcas socialistas en paraísos capitalistas del mundo.

Quienes sufren son los venezolanos que ya no comerán los diferentes tipos de productos que se producían en la Kellogg's, ya no tendrán sus puestos de trabajo o ya no distribuirán estos rubros en sus rutas comerciales.

Lo cierto es que el modelo socialista arrasa con todo a su paso, aniquila el futuro de toda la nación y sume en la desesperación a millones de ciudadanos que no le queda otro remedio que emigrar hacia otros países.

Es que así actúa la izquierda extremista, para ellos mientras más hambre pase la gente es mejor. Por eso, en medio de la crisis que padecemos celebran el cierra de una empresa de alimentos y se regocijan con la desgracia de millones de personas que se acuestan sin comer todos los días.

Los venezolanos nos iremos quedando sin nada si este proceso “revolucionario” sigue su camino hacia la consolidación al estilo de La Habana. Por este motivo, y muchos más, tenemos que dar un paso al frente y resistir hasta vencer.

No podemos cerrar la santamaría como acaba de hacer la Kellogg’s, tenemos que seguir adelante y demostrar con hechos cívicos que sí hay futuro en nuestro país.





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