Políticos de antaño vs. Candidatos modernos

Cuando hojeamos las páginas de nuestros libros de historia, nos percatamos que los políticos de antaño eran hombres, que a pesar de sus errores y carencias, eran personas íntegras y éticamente preparadas para gobernar o legislar.
Los tres pilares de nuestra democracia: el Dr. Rafael Caldera, el representante del humanismo cristiano, era el hombre más preparado académicamente y con la moral suficiente para enfrentarse contra cualquier oponente en la arena política, fue sin duda un Intelectual en Miraflores. Don Rómulo Betancourt, fue el símbolo de la bellaquería criolla, su inteligencia innata y autodidáctica voluntad a la superación, un líder de masa que se preparó para gobernar, Jóvito Villalba, el Cicerón de la política venezolana, el verbo más encendido de la historia patria, el líder de Unión Republicana Democrática (URD). Estos tres hombres pertenecían a la casta de políticos que no han tenido parangón en nuestro pasado reciente, y menos en el presente.
A esta lista se suman hombres como Arturo Uslar Pietri, Renny Ottolina, Laureano Vallenilla Sanz, Pedro del Corral, Gonzalo Barrios, Luis Beltrán Pietro Figueroa, Lorenzo Fernández, Luis Herrera Campins, Aristides Calvani y muchos más.
En otros países han figurado hombres que también han dejado huellas imborrables, como el Dr. Joaquín Balaguer, Juan Bosh y el Dr. Peña Gómez que brillaron en la República Dominicana. Este tipo de políticos parecen que han desaparecido o mejor dicho están en "peligro de extinción", forman una élite de dirigentes que dedicaron su vida en servir a sus pueblos, en trabajar en pro de proyectos de país, no como ahora que muchos seudo-políticos sólo utilizan este oficio para enriquecerse de forma vil y aberrante.
La peor clase de dirigentes modernos, son aquellos que carecen de doctrinas, que aspiran a cargos sin tener la más mínima formación al respeto, menos aún un plan de gobierno o de acción enmarcado en una visión de desarrollo. Son aquellos que se integran en partidos sin ideología, en grupos de "amiguitos" que sólo desean ponerle las manos a la administración para satisfacer sus egocentrismos deseos en muchas ocasiones unidos a fiebres delirantes de banalidades.
Venezuela, como el resto de América Latina, necesita imperiosamente regresar a aquellos tiempos, donde la moral y el amor por el suelo patrio eran los símbolos más importantes y las características vitales de los dirigentes políticos. Tenemos que retornar a esos principios fundamentales.
Ojalá que los políticos modernos, y sobre todo aquellos que aspiran a posiciones de importancia, comprendieran esto. Para cualquier comentario mi twitter es: @jdsolorzano.

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