Caso Colombia
Desde Alta Mar-.
Quisiera abordar en las siguientes líneas el tema de la tensión política en la
frontera Colombo-Venezolana, expresarles mis opiniones en torno al deseo
oficialismo de generar un clima enrarecido en el interior del país y de la
presencia de los colombianos indocumentados en nuestra nación.
Primero, dejaré asentado
que la decisión de Nicolás Maduro nace de una conveniencia política-electoral,
él sabe que tiene las elecciones del próximo 6 de diciembre perdidas y por esa
razón desea suspender o por lo menos crear un ambiente de incertidumbre que
desmovilice a los electores demócratas.
Segundo, me gustaría
recordarle que en la década de los 90 bajo la presidencia del Dr. Rafael
Caldera, Venezuela cerró la frontera con Colombia y deportó a miles de
indocumentados como una decisión soberana de nuestra nación ante los ataques
incesantes de la guerrilla y el fallecimiento de un grupo de militares
connacionales.
La presencia de
colombianos sin papeles en nuestro país no es una calamidad nueva, es una vieja
consecuencia de nuestra hospitalidad como pueblo, por nuestra cultura de brazos
abiertos y, por qué no decirlo, por nuestra ingenuidad nacional.
Las autoridades
colombianas hablan que en nuestro país sólo viven 8 mil colombianos, cifra que
no pudiera validar, no obstante si puedo recordarme cuando la comunidad
colombiana en este suelo venezolano llegó alcanzar cerca de 3 millones de
personas.
Ver, a través de los
medios de comunicación social, imágenes del parque automotor colombiano,
esencialmente el cucuteño, paralizado por falta de combustible me hace
reflexionar con relación a que ¿ellos mueven sus vehículos con nuestra gasolina?
¿Por qué el Estado colombiano no garantiza la distribución dentro de su propio
país, con su propio petróleo?
Soy un duro crítico de
la administración de Maduro y estoy convencido que sus decisiones en la
frontera las inspira su desespero ante una eventual y catastrófica derrota en
los comicios parlamentarios de este próximo diciembre, mas decir que la
presencia desbordante de colombianos de nuestro lado de la frontera no es un
problema, es negar la realidad.
Tal vez mucho de ustedes
se han preguntado la razón por la cual las declaraciones de Donald Trump con
relación a la inmigración ilegal mexicana, tan criticada en América Latina, ha
tenido tanto apoyo entre los norteamericanos y la repuesta es sencilla: Dijo la
verdad.
¿Sabían ustedes que las
leyes inmigratorias mexicanas son aún más rigurosas que las de EEUU? Como dice
un amigo “verdugo no pide clemencia”.
Retornando al tema
Colombia les puedo agregar con la actitud asumida por las autoridades
neogranadinas, las declaraciones de expresidentes, periodistas y demás, además
de las exageraciones evidentes y las puestas en escena mediática, por parte de
los canales colombianos, le están haciendo un gran favor a Nicolás Maduro.
Sí, las reacciones
colombianas están enmarcadas en la estrategia oficial y mientras los
colombianos le echan “candela al rancho” el régimen madurista avanza en su
propósito de distraer la atención venezolana de lo que realmente es importante
para nuestro pueblo como son los temas de escasez, desabastecimiento, alto
costo de la vida y la delincuencia.
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