Ironías
Opinión-. Una tarde iban
dos paisanos caminando sumidos en sus propios pensamientos y problemas, sin
percatarse chocaron, e inmediatamente después de reaccionar cada cual con algo
de violencia, se reconocieron y festejaron el afortunado encuentro.
La alegría se expresó en un
fuerte apretón de manos seguido de un abrazo de palmadas en las espaldas. El
primero preguntó por la familia del segundo, y así estuvieron por unos cuantos
segundos.
-¿Qué es de su vida? ¿Cómo me lo
tratan? Fueron algunas de las preguntas que se cruzaron.
-Y, cuénteme. Lo veo más delgado
y sano. ¿Está haciendo dieta o en el gimnasio?
Quien era objeto de la
interrogante saltó como asustado, arqueó sus cejas pobladas, así al mejor
estilo de Julio Borges, y respondió: “claro vale, la mejor dieta de todas. La
de Maduro”.
Y sin darle oportunidad a su
entrañable amigo enfiló sus baterías para regresarle la pregunta. ¿Y tú,
también te ves muy sano y jovial, qué has hecho para estar de esa forma?
Su amigo frunció el entrecejo,
miró hacia los lados como percatándose que no hubiese nadie en los alrededores
y atinó a decir: “cómo no voy a estar bien, gracias a las políticas de
alimentación de tu gobierno, ya tengo el colesterol normalizado, más nunca he
comido carne o cosa parecida”.
La reacción fue de unos aplausos
fervientes acompañado con la expresión: ¡Hurra!
Ambos se echaron reír, ya no había oportunidad para seguir
jugando, el golpe de las preocupaciones retumbó nuevamente en sus consciencias y
tuvieron que seguir su camino, cada cual con
sus problemas, sus necesidades y el hambre que ya llevaban a cuesta.
Y, así como les ocurrió a estos
paisanos nos acontece a cada uno de nosotros. Somos reos de una grave situación
económica que nos ha librado de los “males del capitalismo”, sí así mismo.
Maduro eliminó el colesterol porque nadie come grasa, erradicó el ácido úrico porque los venezolanos no saben
lo que es la carne roja. Estas son sus obras.
Y ni hablar los que hemos
rebajado de peso gracias al ejercicio. Claro, el socialismo a puesto a trotar a
más de una personas en todas partes del país. Y ustedes se preguntarán la
razón, bueno porque a muchos nos ha tocado caminar grandes trechos por la falta
de transporte público y por la carencia
de efectivo.
Otra de las obras de Maduro en la
presidencia. Su ejercicio ha sido triste y lamentable para la inmensa mayoría
de los venezolanos.
Y es que, esta gestión en sí misma
es una ironía de la vida y de la historia.
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