Carta sobre Peña Esclusa

Ya ha pasado un año de la injusta e ilegal retención de Alejandro Peña Esclusa por parte del Gobierno Nacional, muchas lágrimas han derramado su esposa Indira Ramírez y sus hijas, ni si quiera el padecimiento de cáncer de próstata, que sufre el dirigente opositor, ha conmovido a las huestes judiciales plegadas al chavismo, ni menos a los altas jerarcas oficialistas.
Sin juicio, violando los derechos constitucionales y humanos de Peña Esclusa, el régimen de Hugo Chávez fue inexorable en la aplicación de su “justicia revolucionaria”. Pero por encima de estas adversidades, promovidas por el sectarismo comunista, este dirigente político ha mostrado la entereza de quien tiene la razón y a Dios de su parte.
Su esposa ha dicho “Alejandro ha tenido un altísimo perfil político opositor. Este fue un montaje para meterlo preso”, la verdad retunda en esta afirmación, al régimen de Chávez le incomoda, le causa urticaria, la presencia y la profunda moral ideológica y democrática de este hombre hoy preso político del “socialismo del siglo XXI” que actúa cual imitación de Stalin y su combo soviético.
Hoy el líder mesiánico y populista de la revolución sufre un padecimiento en su estado de salud, el cáncer carcome su estabilidad física. Sus acólitos piden a las fuerzas de la oposición compasión y respeto al dolor presidencial, lo cual es entendible y lógico, pero me pregunto ¿Por qué el Gobierno no ha tenido compasión con los presos políticos, que presentan dolencias similares?, ¿Por qué se niegan a que víctimas del encono oficialista, como Peña Esclusa, sean atendidos médicamente en libertad y enjuiciados de esta forma?.
Alejandro Peña Esclusa es un ejemplo de la tenacidad de los hombres de principio y de dignidad, que merece el apoyo de todos los demócratas de este país. Desde esta pequeña tribuna hago extensivo mi mensaje de solidaridad y hermandad con este gran ciudadano y líder moral de Venezuela.
A Indira Ramírez y a sus tres niñas le quiero expresar el más hondo sentimiento de respaldo: un abrazo de humanidad y aprecio sincero, que nace del sentir de un compatriota que desde el desconocimiento personal quisiera brincar la “talanquera” de la apatía y decirle que no está sola que existe una consciencia popular que la acompaña febrilmente en este trance.
Edmund Burke, político francés dijo una vez: lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada. Ya Peña Esclusa hizo una gran parte para evitar el triunfo de la oscuridad, ahora nos toca a nosotros.

@jdsolorzano / solorzano.dj@gmail.com / www.josedionisiosolorzano.blogspot.com

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