Raúl y Adán: Hermanos en la estrategia

Es evidente en las últimas apariciones del Presidente de la República como en los conceptos o temas de la propaganda oficial la inserción de la imagen del hermano del Jefe del Estado, Adán Chávez, quien incluso empezó a “imitar” en gestos y guardarropa a Hugo Chávez.

El día del retorno del Mandatario al país, luego de las operaciones de las cuales fue objeto el jefe del Gobierno, se efectúo una concentración en las inmediaciones de Miraflores donde Chávez se mostró en público por un poco más de 30 minutos, al final un Adán salió al “balcón del pueblo” para saludar al lado del Presidente a sus adeptos reunidos en las adyacencias, pero lo sorprendente, aparte de ver compartir a Hugo Chávez este escenario con su hermano, fue la vestimenta de aquél, quien en las tomas abiertas y alegadas denotaban prácticamente a dos “Hugo” zarandeando sus palmas como gesto de agradecimiento ante los aplausos y consignas.

Las imágenes de Hugo y Adán Chávez abrazados como especie de marcas de agua, difuminándose en la toma de una muchedumbre carmesí es un indicativo de que los equipos de comunicaciones del Gobierno socialista están tratando de introducir la figura del hermano Presidente en la opinión pública. La pregunta es ¿A pesar del parecido entre ambos, Adán podrá en una eventualidad reemplazar a su hermano en la jefatura de la llamada “revolución”?.

Todo indica que siguiendo el ejemplo que Fidel dio, Hugo Chávez luce preparando la sucesión presidencial de la mano de la figura de Adán, enclavando a éste en el complejo mundo de las comunicaciones políticas y entre las pasiones del universo chavista. Así como el anciano ex cabeza del régimen comunista en Cuba, Fidel, se separó de la jefatura del gobierno traspasándosela cual herencia a su hermano Raúl Castro, su discípulo más aventajado pretende emularlo, ambos movidos ante la tenebrosa sensación de que su salud se ha convertido en el peor obstáculos para su permanencia en el poder.

Tanto Hugo Chávez como Fidel Castro, hipotéticamente, entretejen sus tácticas en el marco de la estrategia de permanecer en la cúspide del poder político, ante la duda siniestra de no mantener entre sus manos el aparataje del Estado, para esto transforman sus respectivos sistemas de gobiernos en neo-monarquías hereditarias, donde sus hermanos poseen la responsabilidad de continuar “el legado”.

En este juego político Adán y Raúl destellan como alfiles que se mueven ante el eminente peligro de perderlo todo.

Fuertes a locha, a mi gallo voy.

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