Del cambio patriótico al corazón de la patria
Mar de Leva (@jdsolorzano)-.
Fueron muchas las campañas electorales en las cuales participó Hugo Chávez, la
mayoría de ellas con saldos positivos para su carrera política, tan sólo un par
de reveses conoció, pero en ambos no estaba propiamente su “pellejo” en juego,
pero todo en la vida tiene un principio y un final y de eso deseo, con el
permiso de ustedes apreciados lectores, referirme en estas breves líneas de
reflexión y estudio comunicacional.
El primer reto
electoral que enfrentó Hugo Chávez fue en 1998, luego de un intenso debate
político que se vivió puertas adentro de su incipiente movimiento, al final la
tendencia pacífica y pro-electoral se impuso con lo cual esa “tropa” se lanzó a
una batalla épica, para ese momento, de hacerse con el gobierno; pero ¿quién
hizo que ese, por su puesto carismático militar, pudiese escalar en las encuestas
con la rapidez necesaria para ganar los comicios?, más allá de los nombres que
pudiesen resaltar en el campo meramente político, existe una persona que
en el área comunicacional marcó la
senda, el asesor dominicano, Rafael
Céspedes.
Fue este experto en
campañas electorales quien diseñó toda la estrategia de aquel novel,
prometedor, pero inexperto candidato presidencial, en aquellos días decían, los
que pudieron escribir en la prensa sobre su incidencia en el proceso comicial, que
él era el “asesor merenguero”, no
sólo por su origen, sino por los spot musicales que suele producir bajo este
ritmo, pero lo cierto es que fue él quien le dio forma a aquel candidato “del cambio patriótico”.
En aquella primera
fase de la carrera electoral del ex presidente vale resaltar varias
características, primero el empleo simple de “Chávez” para referirse al candidato, recomendaciones casi de “abecedario”
que siempre impulsa Céspedes, ya que para él, el uso de vocablos rápidos y sencillos
son indispensable para la ubicación de los contenidos de campaña y en la
personificación subconsciente del aspirante entre los públicos meta; también es
notorio mencionar etapas de aquella campaña como: “Chávez, un sentimiento nacional”, “Chávez, la fuerza que mueve el pueblo”, entre otras, pero es
preciso destacar que todos y cada uno de los elementos tuvieron impregnados por
una emotividad nacionalista, venezolanista, y patriótica.
Todas aquellas personas
que deseen, por curiosidad o interés profesional, conocer más de esa campaña
del 1998, o de los trabajos de comunicación política realizados por Rafael
Céspedes, pueden hacerlo a través de su página web: www.cespedes-asociados.com. Para mí, y lo digo
con todo el compromiso fue un placer y de gran utilidad, por los conocimientos
adquiridos, trabajar con él en una campaña regional aquí en Venezuela.

Para culminar
podemos decir que más allá de las variaciones de los conceptos de imagen que
por 14 años moldeó la figura electoral de Hugo Chávez, sin abordar en el
contenido de su discurso que desde el 1998 al 2012 varió desde la óptica
ideológica un universo completo, mantuvo sus hilos matrices, solamente con un
ligero abandono del venezolanismo para arroparse con la cobija más fresca y
penetrante del humanismo y del amor.
Su éxito electoral
fue notorio, su carisma natural estuvo bien moldeada por extraordinarios
asesores, allí radicó siempre su “buena aventura electoral”.
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