Hambre, simple hambre

Desde Alta Mar (@jdsolorzano)-. Hace unos días en un periódico de la zona Norte de Anzoátegui leí un titular que me llamó poderosamente la atención: “Roban alimentos en el Mercal de Oropeza Castillo”, ¿qué de extraño hay en la noticia?, ¿aquí no roban todo y a todos?, tal vez sí sea así, aunque un robo de alimentos nos dice muchas cosas más.

Sin duda el pueblo tiene hambre. Esta  no sólo es una frase rimbombante de los discursos políticos, no es tan sólo una expresión que acompaña el reclamo de un vocero partidista, es simple y llana realidad.

El pueblo tiene hambre, tiene una enorme necesidad mientras que los enchufados de siempre se vanaglorian de su fulana revolución y se regodean entre las mieles que devienen del poder arrebatado.

Sí señores los venezolanos tienen hambre a pesar de ser un país rico en recursos naturales, sí tenemos hambre a pesar de la cantidad de dinero que entra a las arcas del Estado, que misteriosamente desaparecen como por arte de magia.

Son millones los venezolanos que sobreviven cotidianamente, son decenas de miles de ciudadanos que hacen milagros con los pocos churupitos que le caen, como sueldo mínimo, después de un mes de trabajo duro.

El madurismo se ufana de la red de expendio de alimentos: Mercal, Pdval, Bicentenario, lo que acontece con estos centros es que algunos siempre se encuentran vacíos y otros venden productos de  cuestionable calidad.

Esta llamada revolución será la responsable de una generación de desnutridos, y no estoy hablando de las cifras que ellos anuncian con su afán propagandístico sino que me refiero a lo que viven los venezolanos en los campos y en las barriadas más humildes de la nación.

Sin duda una cosa piensa el burro y otra el que lo arrea. Una cosa dicen los números oficiales y otra cosa es la que se siente en los estómagos de los venezolanos que no comen o lo hacen a medias.

Debajo de nosotros existen recursos millonarios, aunque quienes estamos arriba, por lo menos la gran mayoría somos pobres, lo único que nos sobra son las esperanzas para salir de este pesadilla.

Que lo escuchen en Miraflores, mientras ustedes se la pasan viajando por el mundo, tratando de comprar simpatías, este pueblo muere de hambre, necesita COMIDA.

Un robo a un Mercal debe ser un llamado de atención, la gente está arre… y ustedes lo saben. 

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