Del 13 al 23 de enero
Desde Alta Mar-. Enero, como todos los años en las últimas décadas,
como en todos los eneros que están por venir se nos presenta como un
recordatorio de la democracia, con sus imperfecciones, y como una invitación
constante a la reflexión profunda del ¿dónde venimos? ¿En dónde estamos? Y del ¿para dónde vamos?
Un 13 de enero de 1946 se fundó
el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), plataforma
que permitió a un importante número de jóvenes entusiastas, creyentes,
luchadores y visionarios emprender la lucha por una Venezuela Mejor.
Aquel 13 de enero Copei abrió los
ojos, sin embargo lo más importante es que a través de hombres, que con los hechos
demostraron su altura moral como el Dr. Rafael Caldera y Luis Herrera Campins
junto con tantos otros, levantaron las banderas de la democracia cristiana y
del humanismo.
En un mundo dominado por los
resquemores heredados del gomecismo, de la pugnacidad que ya en aquellos días
propugnaban los defensores de un marxismo enloquecedor, los jóvenes católicos,
la juventud socialcristiana agitó los estandartes de la solidaridad, el bien
común y la justicia social.
Hoy cuando estamos sumergidos en
un socialismo oxidado y hojalata, las ideas plasmadas en las Encíclicas
Papales, los conceptos de Maritain, el obispo Manuel Ketteler, Alcide De
Gasperi, Konrad Adenauer, y de tantos otros deben ser rescatados, no desde la
óptica académica y filosófica, sino yendo más allá y convertir esos
planteamiento en hechos concretos en beneficio del pueblo.
También el 23 de enero recordamos
un hecho que dividió el siglo 20 de Venezuela.
Luego del Gobierno del General
Marcos Pérez Jiménez, inspirado en el Nuevo Ideal Nacional renovación de las
ideas del “Cesarismo Democrático” del barcelonés Laureano Vallenilla Lanz,
luego que él marcó una década por el progreso físico y el orden, aunque también
criticado por muchos como un padre de un sistema carente de libertades
públicas, dio inicio una nueva percepción y conceptualización del país: La Democracia.
Ese día se dijo adiós a un
régimen y se abrió camino por las sendas de la democracia, de la legalización de los partidos políticos y de
la participación sin restricciones de la población en los quehaceres propios de
estos sistemas.
Asimismo, como en el pasado, se
conoció una era con sus pros y sus contras, donde se adelantó en algunas
materias, aunque se profundizaron problemas.
La libertad democrática fue
permitiendo que el país cayera en un populismo que empezó a propagarse gracias
a los propios representantes democráticos, siendo éstos los parteros, por vía
de los hechos, al nacimiento de actual estado de las cosas, es decir, del “socialismo” gobernante.
Cada 13 de enero, no se celebra
simplemente la fundación de Copei, como bien lo dijo su presidente Roberto
Enríquez, sino que se recuerda la necesidad de entes de organización social y
política para las naciones libres.
Y los 23 de enero entramos en un
debate en el cual pareciera que el pasado gana en el balance, aunque para mí
quien sale vencedor es la esperanza de un futuro mejor basado, claro está, en
las enseñanzas del ayer y en los errores de un presente lleno de oprobio y
tristezas.
Twitter: @jdsolorzano
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