Chavismo vs. Madurismo
Desde Alta Mar-. Las
sorpresivas declaraciones de Vanessa Davies, la denominada periodista favorita
de Hugo Chávez, solidarizándose con el
conductor de televisión y humorista Luis Chataing, oponiéndose a lo que
calificó de “censura” en los medios de comunicación fue un llamado de atención
a la Opinión Pública como a la política sobre lo que está aconteciendo en el
seno del oficialismo.
Ciertas movidas de mata, el poder
que un par de ministros vienen acumulando en el posicionamiento de más y más
carteras administrativas y operativas del poder nacional, además de las bombas
y ollas podridas destapadas van dibujando un panorama peculiar en Miraflores.
No obstante la carta pública del
ex ministro de planificación, Jorge Giodani, por cierto el economista preferido
del ex presidente Chávez, deja en evidencia las heridas abiertas de un gobierno
y de un partido que está totalmente fracturado por todas partes.
Los llamados de “lealtad” que
hacen desde la cúpula del poder, poniendo como vocero al alcalde de Caracas,
Jorge Rodríguez, es otra demostración que las cosas no andan bien, la expresión
“unidad ante los tiempos difíciles que
están por venir” también es otro ingrediente de la calamidad política que
le aguarda al sistema madurista.
En pocas palabras los
venezolanos, en medio de la crisis económica y social que carcome la
tranquilidad de la población, son espectadores en medio de la guerra a muerte
entre los llamados “chavistas originarios” y los nuevos “maduristas” y esto sin
mencionar los “diosdadistas” que también pululan alrededor del poder político.
Mientras que los hombres leales,
los preferidos de Hugo Chavéz, vienen siendo desplazados por una camada de
militares y civiles de nuevo porte, aquellos buscan la forma de atrincherarse
en críticas revolucionarias en contra del estilo pusilánime del presidente
Maduro.
Desde la Asamblea Nacional, y
mediante los gobernadores que le son fieles, Diosdado Cabello trata de aparecer
en medio de la vorágine como el centro del Psuv, como el fiel de la balanza en
medio de una descarnada batalla que día a día posee más repercusión pública.
¿Qué pasará? Esta es la pregunta
del millón.
Aquí nos queda esperar qué pasará
en medio de la hecatombe roja y aguardar cuál será la posición de la Mesa de la
Unidad Democrática (MUD) en medio de la rebelión de la granja en el interior de
Miraflores.
¿Los opositores se aprovecharán de lo que se vive en el
oficialismo? ¿Dejarán pasar la oportunidad? ¿Qué riesgos y oportunidades
estarán viendo ellos? Sólo Dios lo sabe, sólo el tiempo lo dirá.
Chavismo Vs. Madurismo, la apología del “Hombre Nuevo”
ResponderEliminarPor: Luis Lira Aponte | Martes, 09/12/2014 10:37 AM | Versión para imprimir
Siempre recuerdo al camarada Hugo en sus innumerables alocuciones, hablando de aquel “Hombre Nuevo”, donde hacía referencia a ambos géneros, incluyendo sabiamente a la mujer como sujeto creador y motivador de la revolución socialista, que en sus propias palabras debía ser el instrumento permanente para la emancipación real del pueblo.
Luego de su muerte y posterior lanzamiento de lo que se ha llamado “El Legado de Chávez” se han generado grandes dudas, sobre cuáles son sus preceptos dogmáticos y las líneas doctrinarias del mismo, ya que si a ver vamos, ni los más allegados al Comandante Supremo cumplen con los requisitos mínimos de ser el ejemplo ético y moral contemplado en ese modelo ciudadano.
Históricamente, el estereotipo del Hombre y la Mujer Nueva, se le atribuye al Comandante Ernesto “Che” Guevara, cuya esencia radica en la satisfacción de ser un buen revolucionario, proactivo y motivado por los incentivos morales que a fin de cuenta son los únicos, que según su criterio, deben mover a la sociedad socialista.
Si bien, nuestro Eterno Comandante instruyo sobre esta tarea a los mentores del nuevo sistema, muy pocos entendieron sobre cuál era el cambio de pensamiento que debía reinar en la naciente estructura social del siglo XXI, transformando a conveniencia el enfoque y la orientación de ese barco que ahora llamamos revolución.
Cambiar las costumbres y arraigos de un hombre alienado, que basa sus principios en el modelo cuarto republicano del “no me des, ponme donde haiga”, hacen extremadamente difícil construir una revolución socialista real, dado que la misma sociedad es coparticipe en la generación de falsos valores que colocan en primer lugar a un individuo deshonesto, opulento y holgazán que nada tiene ver en la construcción de una visión positiva en pro del país y la comunidad.
En la Venezuela del presente, el hombre nuevo que se hace llamar socialista, no basa sus principios en el trabajo voluntario, más bien se acoge a los incentivos monetarios propios del sistema clientelar capitalista, que corrompe y esclaviza al ser, en un círculo vicioso que fomenta el individualismo, el materialismo y la competencia desleal.
Situaciones como esta, desmovilizan y desmoralizan al militante activo que sí se considera chavista, heredero del legado de la construcción del sueño de un país potencia en inclusión, oportunidades y respeto por el otro que aun pensando diferente lo considera hermano por ser hijos de esta gran nación.
Hoy, más que nunca en la era de la luz, debemos reencontrarnos para alcanzar el equilibrio social, donde se sobrepongan los valores espirituales, éticos y morales, sobre los elementos materiales que separan a los seres humanos de esta tierra en los dos nuevos estratos, “La Casta Boliburguesa y los Pendejos Chavistas”.
Chavismo Vs. Madurismo, la apología del “Hombre Nuevo”
ResponderEliminarPor: Luis Lira Aponte | Martes, 09/12/2014 10:37 AM | Versión para imprimir
Siempre recuerdo al camarada Hugo en sus innumerables alocuciones, hablando de aquel “Hombre Nuevo”, donde hacía referencia a ambos géneros, incluyendo sabiamente a la mujer como sujeto creador y motivador de la revolución socialista, que en sus propias palabras debía ser el instrumento permanente para la emancipación real del pueblo.
Luego de su muerte y posterior lanzamiento de lo que se ha llamado “El Legado de Chávez” se han generado grandes dudas, sobre cuáles son sus preceptos dogmáticos y las líneas doctrinarias del mismo, ya que si a ver vamos, ni los más allegados al Comandante Supremo cumplen con los requisitos mínimos de ser el ejemplo ético y moral contemplado en ese modelo ciudadano.
Históricamente, el estereotipo del Hombre y la Mujer Nueva, se le atribuye al Comandante Ernesto “Che” Guevara, cuya esencia radica en la satisfacción de ser un buen revolucionario, proactivo y motivado por los incentivos morales que a fin de cuenta son los únicos, que según su criterio, deben mover a la sociedad socialista.
Si bien, nuestro Eterno Comandante instruyo sobre esta tarea a los mentores del nuevo sistema, muy pocos entendieron sobre cuál era el cambio de pensamiento que debía reinar en la naciente estructura social del siglo XXI, transformando a conveniencia el enfoque y la orientación de ese barco que ahora llamamos revolución.
Cambiar las costumbres y arraigos de un hombre alienado, que basa sus principios en el modelo cuarto republicano del “no me des, ponme donde haiga”, hacen extremadamente difícil construir una revolución socialista real, dado que la misma sociedad es coparticipe en la generación de falsos valores que colocan en primer lugar a un individuo deshonesto, opulento y holgazán que nada tiene ver en la construcción de una visión positiva en pro del país y la comunidad.
En la Venezuela del presente, el hombre nuevo que se hace llamar socialista, no basa sus principios en el trabajo voluntario, más bien se acoge a los incentivos monetarios propios del sistema clientelar capitalista, que corrompe y esclaviza al ser, en un círculo vicioso que fomenta el individualismo, el materialismo y la competencia desleal.
Situaciones como esta, desmovilizan y desmoralizan al militante activo que sí se considera chavista, heredero del legado de la construcción del sueño de un país potencia en inclusión, oportunidades y respeto por el otro que aun pensando diferente lo considera hermano por ser hijos de esta gran nación.
Hoy, más que nunca en la era de la luz, debemos reencontrarnos para alcanzar el equilibrio social, donde se sobrepongan los valores espirituales, éticos y morales, sobre los elementos materiales que separan a los seres humanos de esta tierra en los dos nuevos estratos, “La Casta Boliburguesa y los Pendejos Chavistas”.