Comunicación, mente y elección
Mar
de Leva-. ¿Comunicación?
Una buena estrategia de campaña electoral tiene que poseer una buena táctica
comunicacional, porque de lo contrario aunque sea muy efectivo en el aspecto
político si no logra comunicarlo, y hacerlo bien, todos los esfuerzos caerán en
el vacío.
De
aquí que los procesos comunicacionales
de una campaña electoral tienen que estar muy bien cuidados.
Si
nuestro candidato es carismático, su estructura partidista está aceitada y
comprometida, sin los pactos políticos están hechos, si todo está perfecto y a
pesar de ello no alcanzamos el método idóneo para expresarlo a nuestros
electores, entonces hemos perdido el tiempo.
Soy
partidario a no permitir que las comunicaciones dominen la estrategia política,
cuando esto ocurre perdemos el norte de la campaña, no obstante la estrategia
sin una buena táctica comunicacional también está condenado al fracaso.
Tenemos
que recordar que las elecciones, como bien lo dice el analista Daniel Eskibel,
se ganan y se pierden en un solo lugar: La mente del elector.
¡Entonces!
¿Qué podemos hacer? Las sensaciones son parte de la “ciencia” del ganar
elecciones, si nuestro candidato hace todo bien y aunque todo marche a la
perfección no sabe cómo crear percepciones positivas, lo más seguro es que al
final, por encima de la perfección de todo lo demás, muerda el “polvo de la
derrota”.
¡Ahora
bien! La mente posee sus trucos, posee sus enigmas y caminos propios. Los
comunicadores sociales saben estructurar el mensaje, los políticos conocen las herramientas
para que la campaña marcha estratégicamente bien, y los asesores deben entender
el impacto de los mensajes de campaña en el marco de un determinado escenario o
público.
La
psicología política nos ayuda enormemente a entender los mecanismos inconscientes
de los públicos metas, nos brindan las herramientas necesarias para comprender
los sueños, miedos, expectativas, anhelos, y opiniones preestablecidas de los diferentes
electores.
La
sociedad, en muchas ocasiones, actúa, acciona y reacciona bajo un patrón de
ideas, creencias y esperanzas que marcadas por su historia, su evolución
sociológica, el llamémoslo así, por su ADN-psicológico y social, las obligan
actuar de una forma u otra.
Al
manejar la información de los elementos incontrolables de la psiquis social,
podemos desarrollar una cadena de acciones comunicacionales, cada una de ellas
enmarcadas en la estrategia política, para obtener el resultado de influir más
en la mente de los millones de votantes que pueden estar votando por nuestro
candidato.
La
sumatoria: comunicación + mente + elección nos dará el triunfo.
Cuando
sabemos comunicarnos bien, cuando nuestro mensaje sabe llegar a lo más recóndito del cerebro del elector,
éste acudirá a votar con una serie de elementos que nos pueden asegurar en un importante
porcentaje que lo hará por nuestro candidato.
Si
a todo esto le sumamos las tácticas políticas, como movilización, alianzas,
ideología del partido, posicionamiento mediáticos y popular, entonces las estadísticas
estarán de nuestro lado.
Jamás
olvides que al iniciar una campaña electoral lo más probable es que pierdas.
Las estadísticas no mienten.
La
batalla electoral se tiene que centrar en un objetivo claro, enamorar al
votante.
Recuerda
que al final sólo existirá un ganador, un vencedor, no existen premios de
consolación.
Cada
día que pasa las comunicaciones toman un papel más transcendental en las
campañas electorales, negarlo sería un suicidio comicial.
¡Comunícate,
y hazlo bien!
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