Odio teñido de rojo
Desde Alta Mar-.
La muerte del liceísta de 14 años, Kluiverth Roaha, estremeció a todo el país.
Por él los venezolanos han llorado y se han indignado ante la forma grotesca de
su asesinato.
Las fotos y videos,
que se convirtieron en virales a través de las Redes Sociales, demostraron la
saña como el efectivo del orden público
arremetió en contra de un muchacho inocente.
La nación completa
se llenó de dolor ante la noticia. Los factores políticos y sociales de
Venezuela y del mundo levantaron la voz, nuevamente, ante otro de los síntomas
del totalitarismo desmedido del Gobierno nacional.
Esta escena, igual
a la forma de como secuestraron al alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma,
forma parte del odio desmedido con el cual están actuando desde el régimen.
Nicolás Maduro,
junto a todos sus colaboradores, están evidenciando todo el resentimiento,
odio, rencor y miedo que sienten hacia el pueblo venezolano y sobre todo hacia
los estudiantes.
Los jóvenes han
sido la savia de la lucha por el rescate de la democracia en Venezuela, ellos
han movilizado a la venezolanidad demócrata de todos los rincones del país, por
esta razón desde el régimen se han desatado una arremetida en contra de ellos.
Es sumamente
preocupante que varios dirigentes estudiantes hayan sido encontrados sin vida,
es meramente alarmante que las autoridades estén empleando toda su fuerza para
combatir a muchachos que sólo poseen sus libros, lápices e ideas como armas
para enfrentar el sistema de gobierno actual.
El odio en
Venezuela se tiñe de rojo. No solo por la sangre de los inocentes manifestantes
que se ha derramado en las calles y universidades del país, sino por las
banderas coloradas de quienes levantan las consignas de un socialismo
autocrático y antidemocrático.
Es rojo el rencor
que demuestran las declaraciones de los voceros del partido de gobierno, son
rojas las cifras de muertos que diariamente bañan de estadísticas macabras la
muerte de centenares de venezolanos a causa de la inseguridad.
Son rojas las
camisas y corbatas de la élite gobernante esa que ha empuñado su mano para
firmar decretos para arremeter en contra del pueblo y los estudiantes.
Tal vez, ha sido
roja la tinta con la cual han colocado nuestros nombres en sus listas de
perseguidos políticos, por el solo delito de pensar, de opinar y expresar
nuestra inconformidad por la situación política, económica y social que vive la
nación.
Ellos cambiaron los
nombres de todas las instituciones públicas para agregarle el calificativo de
socialista, hoy podemos decir que un arma socialista y una bala socialista
asesinó a los estudiantes que no están en cuerpo, aunque sí en alma, luchando
por la reconstrucción nacional.
Las banderas rojas
del oficialismo ondean en los cielos encapotados por la muerte de decenas de
venezolanos durante la opaca gestión presidencial actual.
La maldad se pinta
en rojo. La tortura es igualmente roja, sobre todo en los calabozos de la
policía política del régimen donde los estudiantes son llevados a la llamada
“Tamba” donde son presionados psicológica y físicamente, utilizando los métodos
más arcaicos y medievales que podamos imaginar.
Cambiemos de color,
desechemos la violencia, venzamos el hambre y el odio rojo.
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