El engaño axiomático
Desde Alta Mar-.
Venezuela vive atrapada en una serie de engaños axiomáticos que van destruyendo
la capacidad de entendimiento y comprensión de todos los ciudadanos.
Esta verdad
palpable en cada declaración de prensa, en cada argumento político y social,
nos lleva a realizar una serie de reflexiones sobre el porvenir de la república
en la actual descomposición ideológica y conceptual que padece la nación.
Primeramente, vamos
a repasar rápidamente términos para entendernos mejor.
Se entiende por
axioma, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la “proposición
tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración”.
Y por engaño
comprendemos, según la matriz y gestora de conceptos en castellano, que es la “falta
de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre”.
Pareciera
incompatible aseverar que en el país existe un “engaño axiomático”. Bueno
procederemos a explicarnos en detalle.
He escuchado en
reiteradas ocasiones en boca de varios dirigentes de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) que en Venezuela se debe articular un discurso basándose en
los problemas de la gente, olvidándose de los conceptos doctrinarios.
Expresiones como la
anterior han marcado definitivamente el perfil vacío de mucho de los dirigentes
políticos. Esta aseveración, carente de toda lógica, es un engaño en sí misma y,
no obstante a esto, muchos de los actores públicos la asumen como una verdad.
Del lado del
oficialismo el caso es peor. Los voceros del oficialismo no solamente engañan a
sus interlocutores a través de la fuerza comunicacional que poseen, mediante la
red de medios públicos, sino que además ellos mismos se creen sus palabras
convirtiéndolas en un axioma ideológico y político, rayando en un dogma de fe
pública.
Ahora bien, en el
primer caso los dirigentes de la MUD se olvidan por completo que con un discurso
meramente ideológico el expresidente Chávez se sostuvo en el poder, lo que
indica que la falsa premisa, transformada en axioma político por ellos, de no
hablar de pensamiento político está plenamente desvinculada de la realidad.
¿Los venezolanos no
conocen los problemas de escasez, desabastecimiento, delincuencia o desempleo?
Claro que sí, porque los viven en cada instante.
¿Debemos
recordarles los problemas? Desde la óptica de argumentos de apoyo es lógico
acudir a elementos comprobables a la hora de elaborar el discurso, lo que
permitirá crear vinculación, no obstante éstos no pueden transformarse en el
centro y eje del lenguaje político o de los mensajes estratégicos.
La carencia de
propuestas concretas ha sido uno de los puntos con los cuales se ha atacado a
los líderes de la oposición, y no es descabellada tal afirmación debido a la
ausencia de un plan ideológico y doctrinario entre las propuestas esbozadas por
los voceros de la Unidad.
En el mundillo
rojo, rojito, la supremacía del engaño elaborado como una verdad contribuye
excesivamente a anquilosar o paralizar el proceso reflexivo y analítico de su
clase dirigencial.
Aunque han logrado
crear la fidelidad de un sector, cada vez más pequeño, han detenido su
evolución socio-política, provocando un retroceso y la caída de los procesos de
interacción con sus seguidores.
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