Los expresidentes

Mar de Leva-. ¿Qué hacer con los expresidentes? Antiguamente este cuestionamiento era muy particular y traía mucha meditación por parte de los asesores políticos.

¿Es conveniente poner a un expresidente hablar bien de nuestro candidato? Eso era analizado a profundidad y evaluado al detalle.

Se estudiaban los niveles de rechazo o de aceptación del exmandatario, su influencia de determinados sectores, y sobre todo el papel de éste en la campaña electoral más allá de sus posiciones públicas.

En los últimos tiempos los expresidentes han tenido una importancia vital en los recientes procesos electorales en América Latina, por ejemplo en la re-elección de Dilma en Brasil el mentor de ésta y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luis Ignacio Lula Da Silva, poseyó un papel transcendental para aglutinar a la mayoría de la “izquierda” en torno a la presidenta.

En Venezuela la figura del ex presidente Hugo Chávez es permanente en la conceptualización de todas las campañas presidenciales, regionales o municipales del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). Su voz, sus fotos y hasta su firma son empleados para mantener el recuerdo vivo del líder de la llamada revolución bolivariana.

Hemos visto como ex presidentes como Ernesto Samper y Andrés Pastrana se mueven en la arena política colombiana en búsqueda de un nuevo respiro, ni hablar de Álvaro Uribe Vélez, quien es el actual senador más votado de la República de Colombia.

Tavaré Vasquez en Uruguay retornó al poder, mientras que otros le tienen alergia al calificativo de “ex presidente” y siguen siendo candidatos a la reelección como el caso de Evo Morales en Bolivia, y Rafael Correa en Ecuador.

Otro de los líderes-símbolos más utilizados en la política es la del ex mandatario Néstor Kirchner, quien siempre está presente en fotos y siluetas en cada una de las actividades políticas del justicialismo gubernamental.

Hace unos años desde el  movimiento social cristiano venezolano se hicieron una pregunta: ¿Qué hacer con los jarrones chinos? En clara alusión y crítica al gobierno socialdemócrata de aquel entonces.  Tiempo después  Copei, partido socialcristiano, nombró al ex presidente copeyano Luis Herrera Campins como presidente de la organización y alguien en los medios de comunicación asestó decir: “por lo menos sabemos que hacen en Copei con los jarrones chinos, los colocan como presidentes del partido”.

La figura de quienes han estado en la silla del poder puede ser ventajosa o no, por ejemplo los demócratas en los Estados Unidos de Norteamérica han sacado a la calle al expresidente Bill Clinton para alzar la alicaída imagen del gobierno de Barack Obama.

Por el contrario George W. Bush no ha salido a la palestra, no obstante en el momento que los republicanos necesiten motivar a los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense no tardaremos en ver a este tejano esbozando opiniones y apareciendo nuevamente.

Lo cierto es que los expresidentes son difíciles de manejar porque en nuestras democracias reeleccionistas éstos siempre buscarán reaparecer y marcar con su presencia la marcha de tal o cual proceso comicial para que éste le sea beneficioso en su aspiración de regresar al poder.


En aquellos países donde no se puede repetir en la Jefatura del Estado o del Gobierno, o que deben pasar ciertas condiciones de tiempo para ellos, el uso de la figura presidencial siempre estará sometida a los requerimientos de la campaña, la imagen de este y al público que se quiere llegar en determinado momento. 

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