Campañas electorales comunicacionales
Columna 2: Mar de Leva
Cada día que pasa las comunicaciones se hacen imprescindibles para el ejercicio de la política en este mundo globalizado y mediatizado, claro sin obviar la importancia del contacto directo del candidato con las masas, pero una buena imagen política creada puede construir el aspirante ideal para cualquier cargo de elección.
“Decir lo que la gente quiere oír” es una de las frases más histórica, pero con mayor realismo, que se ha dicho en los predios del análisis comunicacional en el política, los dirigentes cada vez se hacen más dependientes de los medios de comunicación, la etapa en que los periodistas eran personajes “necios” y “metiches” pasó, y ahora éste es un aliado necesario para la edificación de una buena campaña electoral.
Mediante una idónea manipulación de los medios de influencia social y psicológica se debe, si se desea encaminarse hacia un triunfo comicial, construir una polarización electoral, esto consiste en cuatro etapas de la técnica de Atención - Interés - Deseo – Acción (AIDA) inmerso en el ámbito político-electoral, que toda campaña exitosa tiene que motivar para hacerse apetecible al colectivo.
A través de una coyuntura favorable quienes integran el comando de campaña comunicacional, debe aprovechar para emprender una campaña donde se mezcle los mensajes proactivos (las bondades de nuestro candidato), mientras que se emprende una constante proliferación de mensajes que refuercen los errores de los aspirantes contrarios.
Si usted busca ser un candidato con éxito debe mezclar las acciones de organización política de su partido político, es decir contactos directos, lobbys sociales y de grupos de influencia en la sociedad, estructuración de cuadros políticos, entre otros aspectos, con la consolidación de una campaña comunicacional donde se inserte la imagen del aspirante y sus propuestas en el contexto del público elector.
Antes de emprender una campaña electoral se debe conocer muy bien al público, analizar sus necesidades y expectativas, en el caso de ser el aspirante oponente al gobierno de turno, pero si es distinto y el candidato va a la reelección es esencial que éste haga una reflexión profunda de su papel, como individuo y dirigente, que analice el real estado de su administración y se aleje, por lo menos durante la campaña electoral de aduladores, debido a que como afirmaba Maquiavelo, estos nublan el entendimiento del dirigente y afectan el procedimiento de las técnicas como el Sistema de Información Electoral (SIC).
Hoy no se concibe una campaña electoral sin un análisis previo de los mensajes que se harán públicos, sin un buen manejo de los medios tradicionales, como de los alternativos y redes sociales, el trabajo comunicacional es la panacea de un candidato o su talón de Aquiles, todo depende.
Cada día que pasa las comunicaciones se hacen imprescindibles para el ejercicio de la política en este mundo globalizado y mediatizado, claro sin obviar la importancia del contacto directo del candidato con las masas, pero una buena imagen política creada puede construir el aspirante ideal para cualquier cargo de elección.
“Decir lo que la gente quiere oír” es una de las frases más histórica, pero con mayor realismo, que se ha dicho en los predios del análisis comunicacional en el política, los dirigentes cada vez se hacen más dependientes de los medios de comunicación, la etapa en que los periodistas eran personajes “necios” y “metiches” pasó, y ahora éste es un aliado necesario para la edificación de una buena campaña electoral.
Mediante una idónea manipulación de los medios de influencia social y psicológica se debe, si se desea encaminarse hacia un triunfo comicial, construir una polarización electoral, esto consiste en cuatro etapas de la técnica de Atención - Interés - Deseo – Acción (AIDA) inmerso en el ámbito político-electoral, que toda campaña exitosa tiene que motivar para hacerse apetecible al colectivo.
A través de una coyuntura favorable quienes integran el comando de campaña comunicacional, debe aprovechar para emprender una campaña donde se mezcle los mensajes proactivos (las bondades de nuestro candidato), mientras que se emprende una constante proliferación de mensajes que refuercen los errores de los aspirantes contrarios.
Si usted busca ser un candidato con éxito debe mezclar las acciones de organización política de su partido político, es decir contactos directos, lobbys sociales y de grupos de influencia en la sociedad, estructuración de cuadros políticos, entre otros aspectos, con la consolidación de una campaña comunicacional donde se inserte la imagen del aspirante y sus propuestas en el contexto del público elector.
Antes de emprender una campaña electoral se debe conocer muy bien al público, analizar sus necesidades y expectativas, en el caso de ser el aspirante oponente al gobierno de turno, pero si es distinto y el candidato va a la reelección es esencial que éste haga una reflexión profunda de su papel, como individuo y dirigente, que analice el real estado de su administración y se aleje, por lo menos durante la campaña electoral de aduladores, debido a que como afirmaba Maquiavelo, estos nublan el entendimiento del dirigente y afectan el procedimiento de las técnicas como el Sistema de Información Electoral (SIC).
Hoy no se concibe una campaña electoral sin un análisis previo de los mensajes que se harán públicos, sin un buen manejo de los medios tradicionales, como de los alternativos y redes sociales, el trabajo comunicacional es la panacea de un candidato o su talón de Aquiles, todo depende.
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