Candidatos demócratas cristianos

Cuando la escena política rumbo a las primarias del próximo 12 de febrero se empieza a definir, los bloques ideológicos dentro de la oposición comienzan a deshojar la margarita entre las distintas opciones que desean competir en la carrera presidencial contra Hugo Chávez. En la llamada concertación humanista, que integran los socialcristianos, ya varios dirigentes han asomado sus pretensiones de convertirse en el Presidente de la República para el sexenio 2012-2018, convirtiéndose en opciones interesantes.
De la alianza de Copei, Convergencia, Proyecto Venezuela y otros partidos políticos están emergiendo aspirantes que despiertan sentimientos diferentes y representan opciones dispares, por ejemplo Oswaldo Álvarez Paz, es el candidato más fuerte en su discurso anti-chavista y anti-comunista, Eduardo Fernández que simboliza la prudencia y la veteranía política, Henrique Salas Feo sangre nueva, dinamismo y gerencia, César Pérez Vivas por su lado es la constancia y entrega, todos tienen características positivas que mostrarle a los venezolanos.
A pesar que la pluralidad hace grande la democracia, los aspirantes que representan la democracia cristiana deben ponerse de acuerdo a través de cualquiera de los métodos de selección y presentar un solo candidato de la familia demócrata cristiana, que represente el orden, la solidaridad, bien común y demás ideales socialcristianos, para que primeramente se impongan a los abanderados de la socialdemocracia, la izquierda moderada y otras tendencias, y posteriormente vencer al actual inquilino de Miraflores.
El humanismo cristiano representa una filosofía política coherente, un ideal de progreso social y económico, un plan de gobierno que le dé un giro rotundo a la nación. Venezuela no puede seguir la ruta que ha desandado en los últimos 12 años, tenemos que tener un gobierno de rescate nacional que reivindique la senda de la democracia y sin duda que los socialcristianos personifican ese anhelo.
Un abanderado de la concertación humanista podía significar que se abriera frente a la nación un camino para salir del atolladero político en el cual nos encontramos, los demás aspirantes de la socialdemocracia o del progresismo de izquierda, esbozan planeamientos dentro del mismo socialismo, claro más moderados, pero sólo el humanismo es la opción diferente que se divisa en el horizonte.
Mediante una alianza popular con un principio convergente y con un proyecto para Venezuela, el futuro pudiese pintarse de verde esperanza, rescatando la libertad, como los socialcristianos europeos lo hicieron después de la II Guerra Mundial, de esa misma manera lo haremos aquí.

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