Nuevas máquinas de votación

El fantasma de la manipulación de las máquinas de votación, la sombra de que el Consejo Nacional Electoral mediante las captahuellas pueden conocer por quien votamos vuelve a ceñirse sobre los procesos electorales criollos, esta vez gracias a la decisión del máximo organismo comicial de adquirir unas nuevas herramientas que poseen identificación biométrica incorporado.
Además del escandaloso precio de los nuevos instrumentos de votación, que están alrededor de la bicoca de los 45 millones de dólares, se presentan una serie de interrogantes, ¿el Gobierno Nacional no se jactaba de poseer el sistema de elección más moderno del mundo?, ¿por qué gastar esta enorme cantidad de dinero, si Venezuela posee otras prioridades como la vivienda o la crisis eléctrica?, ¿Cuál es el verdadero objetivo de este movimiento institucional?, estas y muchas preguntas más se colocan en la mesa pública nacional.
Mientras el propio rector Vicente Díaz asevera que el denominado Sistema de Autenticación Integral (SAI) es "absolutamente inútil", y algunos representantes de los partidos que conforman la Mesa de la Unidad Democrática han manifestado que deben examinar en profundidad el mecanismo seleccionado por el CNE y reafirman que velarán para que el secreto del voto este garantizado.
Retorna el pandemónium electoral venezolano, la angustia vuelve a convertirse en el sentimiento general de la opinión pública, el chavismo ataca a través de uno de los procedimientos más comunes entre los regímenes como este: el miedo. Mientras que las fuerzas de la alternativa democrática buscan unificar criterios con respecto a esta nueva realidad.
La dirigente de Patria Para Todos, Andrea Tavares, alertó sobre la diferencia de las "temibles" captahuellas del 2004 y el SAI de la actualidad, el antiguo sistema no se relacionaba huella y votante, pero con el nuevo mecanismo el libro electrónico sí relaciona huella y elector, lo que debe ser tomado en consideración por quienes tienen la vocería del tema electoral en la llamada MUD.
Vale la pena esperar el pronunciamiento tanto de Súmate como de EsData sobre este tema, pero lo cierto es que tenemos ante nosotros un nuevo despilfarro revolucionario, al comprar equipo electorales por 45 millones de dólares, cuando aún tenemos unas herramientas modernas y en pleno funcionamiento, y segundo tal vez todo esto esconda el nerviosismo chavista ante una derrota en las elecciones presidenciales del 2012.
@jdsolorzano
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