Amor a primera vista en política
Mar de Leva-. En la vida, en
cualquiera de sus diferentes facetas, el lenguaje no verbal toma cada día una
vital importancia.
¿Qué decimos con nuestro cuerpo,
con la entonación de nuestra voz, con nuestros ojos y miradas? Conocer estos
detalles es indispensable a la hora de entablar una negociación, como por
ejemplo la compra de un vehículo, para ir a una entrevista de trabajo y más
notorio cuando te paras delante de un público y le pides que voten por ti.
En la mayoría de los casos
nuestro cuerpo nos delata.
Las facciones de nuestro rostro,
el movimiento de nuestras manos, la mirada misma, el movimiento de nuestros
ojos pueden enviarles información a tus interlocutores de los reales
sentimientos que posees en tu interior.
Antiguamente los políticos, antes
de la era de la política mediática, tenían que hablar frente a enormes
multitudes que apenas podían ver al orador a la distancia, de allí la
importancia de ser “teatral” a la hora de exponer tus ideas, de allí los
estilos de Benito Mussolini, Adolf Hitler, Fidel Castro, entre mucho políticos
del siglo pasado.
En la actualidad los medios de
comunicación social, la televisión e internet, colocan en primer plano al líder
político, esto hace que el lenguaje no verbal tome otras dimensiones en su
aplicación y entendimiento.
La gestualidad excesiva de los
años 60,70 y comienzos de los 80 fue dejando paso a expresiones más sosegadas y
puntuales, lo que indica el nivel de evolución que se ha sufrido en este
aspecto.
Para entender lo importante de
los gestos en el discurso político debemos conocer los dos objetivos de éste,
el primero es el hacer hincapié sobre
algún tema puntual que se está abordando en medio del discurso y el segundo es
que a través de las manos podemos marcar las distintas unidades de nuestra
alocución.
El movimiento de las manos los
podemos controlar, es una herramienta que se emplea de acuerdo con la ocasión,
aunque son las expresiones faciales uno de los indicadores de sentimientos más
grande que poseemos y que más información envía a los receptores del mensaje.
Cuando hablamos los movimientos
naturales, involuntarios, intuitivos puede estar fomento conceptos erróneos y/o
contradictorios entre los públicos que nos escuchan o ven.
A través de nuestro rostro
podemos transmitir dolor mientras hablamos de alegría, o preocupación en la
medida que deseamos comunicar lo diametralmente opuesto, por ende, la
concepción de esta realidad nos permitirá no entrar en contradicción entre lo
que decimos y evocamos.
La forma como nos comportamos, la
manera como expresamos nuestra personalidad es uno de los factores
fundamentales para la construcción de lo que se llama: Carisma.
La entonación de la voz, el
vaivén de tu cuerpo, los gestos labiales entre otras características puede
determinar los gracioso, simpático, fuerte, bondadoso, decidido, inteligente,
alegre, firme o blando que eres o puedes ser.
¿Por qué son tan importantes
estos movimientos involuntarios del cuerpo? Porque son a través de éstos que
podemos crear empatía o no con los públicos meta, el mal uso del lenguaje
corporal o la transmisión de los mensajes equivocados, representan riesgos en
la comunicación.
Tenemos que tener presente que el
análisis que hacemos, como espectadores, como receptores, de los datos visuales
o auditivos que recibimos se procesan en el área emotiva del cerebro, esto
indica que en cierta medida nuestra escogencia del “candidato” se desarrolla de
la misma manera como nace el “amor a primera vista”.
No te ha ocurrido que una persona que conoces te agrada sin
razón aparente o que la rechazas por la misma motivación, es aquí donde actúa
nuestro cerebro emotivo, la carga de información que recibimos es o no
compatible con nuestros valores, creencias y expectativas lo que genera a su
vez un sentimiento.
Twitter: @jdsolorzano
Comentarios
Publicar un comentario