Cosechas tempestades
Desde Alta Mar-. Religiosamente el gobierno nacional durante 15
largos y tortuosos años viene sembrado por doquier una serie de vientos en el
ámbito económico, social, político e inclusive cultural y ha sido el régimen de
Maduro que ha intensificado el proceso generando una reacción colectiva y
fuerte.
¡Vea a su alrededor! Los mercados
están huérfanos de productos, los anaqueles están vacíos, las carnicerías
perdieron su nombre gracias al desabastecimiento del producto cárnico, para
ñapa se intensifica el desabastecimiento de agua… ¿Quién aguanta esto?
La calamidad que se vive en la
actualidad es producto de la diligente actuación anárquica del Gobierno. ¿Por
qué no hay comida? Porque el socialismo destruyó todo el aparato productivo,
expropió fincas productivas, eliminó a los fabricantes y distribuidores de los
esenciales implementos del campo, etc., etc.
¿Por qué no hay agua? Sencillo
porque en 15 años el gobierno socialista no se preocupó para crear nuevos
embalses de agua dulce, no atendió las represas actuales, dejó que todo se
fuera deteriorando. ¡Incapaces!
¿Por qué no hay luz? Las mismas
razones del punto anterior porque la poca capacidad del Gobierno ha llevado a
la construcción de un Estado paralítico que no hace y peor aún tampoco deja
hacer a nadie.
La única producción que me
mantiene con números exorbitantes es la de asesinatos a diario en toda la
república, y esto es una realidad aunque le duela al señor Ministro, Miguel
Rodríguez Torres, porque ni siquiera Pdvsa funciona, debido a que cada día
perdemos nuestra posición internacional en el ámbito de los hidrocarburos y se
profundiza el endeudamiento de la Estatal.
Nicolás está cosechando los
vientos que él, como su antecesor, como cada uno de los voceros y actores del
régimen, ha sembrado durante años.
El pueblo se cansó de tantas
promesas incumplidas, y lo que hoy se escucha en la calles es que “amor con
hambre no dura” y el estómago cada día presiona más y más a los ya pírricos
seguidores que aún se sostienen en la base del oficialismo.
Y las tempestades económicas se
viven en los pequeños connatos de saqueos que se han vivido en varios lugares
del país, se sienten cuando las calles se desbordan de muchachos decididos y
ansiosos de expresarse libremente en contra de lo que consideran, como muchos
de nosotros, un sistema de miserias.
El socialismo es y será la
tempestad que deja todo en ruinas… Aunque debemos recordar que después de la
tormenta viene la calma y esta será democrática y de rescate de Venezuela.
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