Anhelo una Venezuela con orden y justicia

Luego de 12 años de desgobierno, después de vivir bajo la opresión del "socialismo del siglo XXI", el anhelo que motiva este artículo es el mismo que mueve a un grueso de la población venezolana, la construcción de un país con orden y justicia.
Es lamentable leer todos los días como las calles de Venezuela amanecen ensangrentadas por la delincuencia desmedida. Es triste como observamos que la anarquía, reina de nuestra sociedad, campea bajo los ojos cómplice de un Gobierno que se siente cómodo ante el desorden y el desdén.
Por más de una década la administración actual no ha fomentado el progreso social y económico del país, por el contrario ha cercenado los espacios para la estabilidad laboral, al intimidar y reprimir la inversión privada. El desempleo es el reflejo de la anarquía que incentiva esta gestión, el socialismo del siglo XXI es enemigo del orden social o por lo menos es lo que ha evidenciado en los últimos años.
Otro de los aspectos que pareciera repulsivo para los socialistas es la justicia. Desde que se inició esta mal llamada quinta república, a la que calificaremos en esta columna como la república roja, la justicia no es un valor del cual podemos estar orgullosos, juicios políticos, sentencias descabelladas, inhabilitaciones por doquier, intimidaciones judiciales han sido parte del arsenal que el oficialismo ha empleado en contra de sus adversarios y la sociedad civil.
El cierre de emisoras y estaciones de comunicaciones, los privilegios a los boinas rojas, la arremetida hacia la disidencia, son ejemplos de la carencia de justicia en la nación. Ni hablar de la justicia social, que ha sido utilizada y paliada a través de las misiones sociales, pero que no se ha instaurado en el país como una constante debido al carácter electorero que se le ha aplicado a este aspecto bajo el auspicio del régimen actual.
No podrá existir una patria completa y fuerte moralmente mientras no existan valores fundados en la creación de orden (público, social y económico) ni la conseguiremos mientras no se defienda el derecho social y sagrado de la justicia. Una nación injusticia jamás será una república, ni un Estado serio. Sincerar esta realidad debe ser una de las tareas del nuevo Presidente de la República, luego del 2012.
Orden es igual a seguridad y justicia a libertad. Desde este espacio esbozo mi anhelo de una nueva patria, de una realidad diferente a la que hemos vivido (o padecido), y este sentimiento es compartido por millones de venezolanos que repudian el desorden y la justicia amañada-politizada de los rojos rojitos.

@jdsolorzano

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