Nuestra descentralización

En la década de los 90 el proceso de descentralización y municipalización en el país, empezó a dar sus frutos. Guanta y Lechería lograron, en aquellos días, sus respectivas autonomías, se iniciaba así el camino para la autodeterminación local y se tomaba la senda hacia la consolidación de la calidad de vida de los morreños y guanteños.
Aquella ardua labor que realizaron un grupo de ciudadanos en la conquista de su independencia, Lechería de Barcelona y Guanta de Puerto La Cruz, fue inspirada por el sentimiento de democratización en la mayor cantidad de espacios posibles y de la visión de llevar con efectividad la acción de gobierno directamente a las comunidades.
El municipio Urbaneja nació por la lucha incansable de un grupo de activistas sociales que asumiendo la responsabilidad histórica de batallar a favor de los intereses de sus vecinos emprendieron la tarea de fortalecer el sueño de descentralización.
Así como su héroe epónimo Lechería se ha caracterizado por el temple decidido de sus convicciones, por la gallardía de su actitud y por la visión amplia de un horizonte marino, características que han movido su existencia, pero por encima de todo, el rasgo más fundamental de Urbaneja ha sido el de reponerse de los errores y baches que se ha encontrado en el camino.
Amalita Narváez y Bruno Cavalieri, fueron dos pilares en la construcción de un municipio vigoroso y pujante, ellos sirvieron de vanguardia en el reclamo de los derechos constitucionales de una Lechería nueva y dueña de su propio destino.
Guanta, por su parte, es un puerto bendecido por Dios, su belleza es contrastante con la patética realidad de miseria que cohabita en un territorio de 67 km2, es notoria la rapidez de deterioro que en los últimos años ha padecido esta localidad, lo que se evidencia por las decisiones de menospreciar la trascendencia política e histórica del proceso de autonomía, que es justamente recordado y aplaudido por factores municipales, como Luis Gil, quien a pesar de los obstáculos realizó un reconocimiento ético y moral a quienes formaron aquel comité autonómico guanteño.
El municipio portuario es también hijo legítimo de aquel sentimiento popular y local de ser propietario de la responsabilidad, el deber y el honor de guiar los derroteros de su propio progreso y desarrollo. Quienes obstinadamente han criticado el proceso de descentralización municipal, lo único que hacen es reforzar su propia imagen de dependencia centralizada y obcecación por obedecer a otros, sin poder chistar.
Fuertes a real, a mi gallo voy.
@jdsolorzano / solorzano.dj@gmail.com

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