De Calvani a Carvajal
Desde Alta Mar-. A razón del caso de Hugo Carvajal, el flamante
cónsul madurista detenido en Aruba, tenemos que realizar una serie de
consideraciones históricas y del ámbito diplomático.
¿Qué pensará Roy Chaderton Matos
sobre este diplomático acusado de narcotráfico? ¿Será que para él este episodio bochornoso es parecido
a los tiempos cuando la diplomacia venezolana estaba manejada por el gran
Arístides Calvani?
Venezuela sin lugar a dudas a
involucionado y el área de las Relaciones Exteriores no escapa de esta triste
realidad nacional.
Para muchos el mejor momento
diplomático, donde se formaron los mejores expertos en el mundo de las
relaciones exteriores, fue durante el período del Dr. Rafael Caldera, en aquellos días cuando Arístides Calvani
estaba al frente de este importantísimo aspecto del Gobierno.
Calvani en el período 1979-1983,
justo cuando en Miraflores estaba otro socialcristiano, Luis Herrera Campins,
se afanó, desde su posición de senador por el estado Sucre, a defender la
democracia en Centroamérica y apoyar a los movimientos libertarios de aquellas
naciones.
Él fue sin lugar a dudas un
diplomático que simbolizó la forma de ser del venezolano siempre amigable, dado
y solidario, sin llegar a la locura derrochadora del oficialismo actual.
En ese tiempo Venezuela era un
país respetado en el ámbito internacional a tal punto que servimos, como
nación, de mediadores en distintos conflictos hemisféricos.
Hasta los más connotados
anti-copeyanos de la época han tenido que reconocer la importancia para el
mundo de las Relaciones Exteriores de Arístides Calvani.
A pesar de todo esto, y habiendo
dejado Calvani toda una generación formada para la diplomacia hoy Venezuela
está controlada por un grupo político que ha hecho méritos suficientes para mal
poner globalmente a Venezuela.
El escándalo de Hugo Carvajal es
una demostración que lo que solemos ver del oficialismo es una superficie
apenas lo que está debajo del cuerpo corroído de un sistema que desde hace
mucho tiempo está en decadencia, sumido por sus propias pasiones.
Los voceros del régimen en vez de
buscar adentrarse en el problema de este “neo-diplomático” salen corriendo para
demostrar una “solidaridad automática”, de esas que suelen expresarse los
pillos entre ellos.
De allí se desprende aquella
frase “cuando veas las barbas de tu vecino arder coloca la tuya en remojo”.
Para finalizar podemos decir con
hondo pesar que Venezuela diplomáticamente tocó fondo, porque cuando apresan a
un representante de la nación toda, es decir, de usted y de mí, por presuntas
vinculaciones con el mundo de las drogas, es simplemente muestra de que
llegamos al llegadero.
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