¿Cuánto vale?
Desde Alta Mar-. La
entrada de Venezuela en el Consejo de Seguridad de la Organización de Unidas
(ONU) es una bofetada para la libertad del mundo, para todos aquellos que
amamos la democracia.
Que el gobierno de Nicolás Maduro
represente a Latinoamérica en esta instancia internacional es un claro ejemplo
que la moral de nuestros países está por el suelo.
No obstante la pregunta que nos
hacemos es ¿cuánto vale la silla en el
Consejo de Seguridad de la ONU? Porque sin duda alguna el apoyo de esos 181
países debe traer consigo un beneficio particular.
El mundo ha quedado muy mal parado,
porque justamente cuando ese mismo ente recomienda la liberación de los presos
políticos, como Leopoldo López y Daniel Ceballos, toman la decisión de elevar
la posición diplomática del desgobierno madurista en esta instancia mundial.
Pareciera que el mundo le importa
un bledo lo que está ocurriendo en Venezuela, no les interesa los estudiantes
muertos, heridos, torturados y presos, no les afecta para nada el caos
socio-económico que se vive en el país y la vulneración constante de los
derechos de los ciudadanos.
Los venezolanos tenemos que
luchar nuestras batallas, cualquier apoyo moral exterior será bien recibido,
aunque no será determinante para la lucha nacionalista que se debe dar para
rescatar el país y emprender su reconstrucción.
Diego Arria, ex embajador de
Venezuela, aseveró que el apoyo de los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe
al "régimen" de Venezuela no es más que una correspondencia de los
favores que ha ofrecido el actual Gobierno a los países vecinos, con lo cual
estoy plenamente de acuerdo.
Todos los chulos de Latinoamérica
le están devolviendo los favorcitos que el Ejecutivo venezolano le ha hecho
durante años, como por ejemplo el regalo constante de nuestro petróleo.
Y justamente este punto nos da un leve
indicativo del valor de ese sillón en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Millones de dólares, millones de barriles de petróleo, miles de viviendas que
no se han construido en el país, decenas de miles de hospitales, miles y miles
de autopistas, ese puesto en el ente planetario nos costó el hambre y las
necesidades de millones de ciudadanos venezolanos.
¡Qué caro nos salió! Mientras el
Gobierno sigue en su afán demencial de ser un guapetón de barrio en la
comunidad internacional, sobre todo en América Latina, nuestro pueblo sigue
pasando penurias por el desabastecimiento, la escasez, la inflación y la
inseguridad que continúa desgraciando la vida de muchos ciudadanos.
Pagaron, con su dinero apreciado
lector, ese puesto en el Consejo de Seguridad, con recursos que pudieron
destinarse a erradicar el mosquito “tigre” y el chukungunya.
¿Cuánto costó el puesto? Sueños,
esperanzas y más miseria. El legado es cada vez más desastroso.
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