Gestiones de ediles
Desde Alta Mar-. Escribiré
esta semana sobre las gestiones que adelantan desde las cámaras municipales de
Guanta y Urbaneja dos buenos amigos, representantes de la Unidad, Luis Gil y
Oscar Navas.
Seleccioné a estos dos ediles
porque están en dos municipios plenamente diferentes, con sociedades distintas,
con problemas que van desde lo blanco al negro y sobre todo porque representan
dos partidos igualmente disimiles en su concepción de la lucha democrática.
En el caso de Guanta Luis Gil,
coordinador de Primero Justicia en la localidad, se ha enfrentado a una
aplanadora roja que actúa ciegamente para complacer los caprichos del ejecutivo
local, a pesar de ello ha adelantado una gestión impecable.
Muchas de sus propuestas
parlamentarias han sido aceptadas y aprobadas por lo importante de su contenido
y visión social, como es el caso de la Ordenanza para el combate al Dengue y el
Chikungunya.
Gil vehementemente ha defendido
al pueblo de Guanta, ha salido al paso a aquellas iniciativas gubernamentales
que juzga impropias y que no benefician en nada a la sociedad portuaria.
Los guanteños, día a día, se
sienten representados por la vocería edilicia de Gil quien con bravura,
inteligencia y real compromiso ciudadano se encuentra al lado de los habitantes
de Casco Central, La Picha, Volcadero, Chorreron y demás comunidades en aquel
municipio.
Al otro lado de la ciudad, aunque
bañada al mismo mar Caribe, se encuentra Lechería. Desde el Concejo Municipal
morreño el joven concejal de la Unidad y militante de Voluntad Popular, Oscar
Navas, está adelantado una labor que tiene que ser reconocida.
Navas ha salido en los últimos
días, con el ímpetu de los primeros años, a hacer un llamado a las autoridades
locales para que reciben su proyecto legislativo de aumentar los impuestos en
la localidad.
Con tino y visión el munícipe
esboza unas lógicas e interesantísimas argumentaciones que rondan sobre la
importancia de la participación de los vecinos y de los factores vivos
locales para dar una discusión mucho más
democrática acerca del tema.
El legislador municipal se hace una
pregunta, como un ciudadano más de Lechería, sobre ¿Para qué más recursos? Y determina
que la gestión aún no ha satisfecho las necesidades de los residentes de la
ciudad, quienes están acostumbrados a más seguridad y mejor calidad de vida que
la actual.
A pesar de no contar con el apoyo
de muchos de sus compañeros, con fuerza de voluntad el joven concejal sigue
venciendo aplanadoras y silencios cómplices.
Ambos, integrantes de dos organizaciones,
dos generaciones distintas, inclusive dos formas de ver el mundo y la política,
son demostraciones ciertas y comprobables que el esfuerzo para ayudar a la
ciudadanía es transcendental para cumplir con aquellos que en su momento le
dieron un voto de confianza.
Muchos ediles de la Unidad tienen
que seguir estos ejemplos y ¿por qué no? también los mismos concejales del
oficialismo tienen que emularlos.
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